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¿Cómo sé si mi hijo necesita Terapia Ocupacional?

 

[dropcap]C[/dropcap]uando los niños empiezan a tener dificultades en su desarrollo existen multitud de profesionales que pueden ayudarles. Uno de ellos es el terapeuta ocupacional. Hoy vamos a conocer un poco más a fondo la figura de este profesional, cuándo es necesario acudir a él y cómo va a ayudar a nuestros hijos.

 

¿Qué es un Terapeuta Ocupacional?

El terapeuta ocupacional es el profesional que apoya a las personas con algún tipo de dificultad para completar de manera independiente sus actividades de la vida diaria, ayudándolas a adquirir el máximo de autonomía e integración.

¿Cómo va a ayudar el Terapeuta Ocupacional a nuestros hijos?

En el caso de los niños, el terapeuta ocupacional puede ayudar a adquirir las habilidades necesarias para la independencia en el desarrollo de sus actividades cotidianas como puede ser: el juego, el cuidado personal (alimentación, higiene, vestido), el aprendizaje, las actividades escolares, el desarrollo de habilidades motoras, la socialización en casa, con los iguales y en la comunidad.

Otra de las funciones importantes del terapeuta es proporcionar apoyo e intervenir en el entorno para que éste sea lo más accesible posible para los niños con algún tipo de dificultad y de este modo se puedan desenvolver de la forma más autónoma posible. Asimismo, asesora a las familias, los coles y otras instituciones sobre apoyos técnicos que les pueden facilitar la vida a los más pequeños, como sillas de ruedas, comunicadores, programas informáticos…

¿Cómo sé si mi hijo necesita terapia ocupacional?

En el caso de los bebés, si observamos:

  • Que su proceso de desarrollo es mucho más lento que el resto de niños de su edad.
  • Miran fijamente a los ojos.
  • Lloran incesantemente y no se calman ni siquiera en brazos.
  • No les gusta coger objetos con las manos.

Para niños a partir de la edad escolar tendríamos que observar:

  • Tiene dificultad para coger el lápiz y para escribir.
  • Frecuentemente tiene una mala postura al estar sentado.
  • Parecen débiles y se cansan fácilmente.
  • Se cae con frecuencia, puede chocar con personas o cosas.
  • Tienen dificultad en realizar cualquier actividad de la vida diaria (higiene, vestido, alimentación).
  • Presenta un retraso significativo en habilidades motoras, de lenguaje o sociales comparados con otros niños de su edad.
  • Tiene dificultad con el aprendizaje de algunas actividades, como andar en bicicleta, correr o saltar.
  • Con frecuencia elige el mismo juego, no explora y no quiere probar cosas nuevas.
  • Es demasiado sensible (o muy poco sensible) al tacto, las texturas, los sabores, el sonido y el movimiento.
  • Le cuesta mantener sus cosas ordenadas (su habitación, sus tareas del colegio, su mesa o pupitre).
  • El niño busca riesgo excesivo de manera frecuente, disminuyendo la conciencia de peligro.

En Centro Esnia contamos con terapeuta ocupacional que puede valorar exhaustivamente el desarrollo de tu hijo ya que estas dificultades pueden estar interfiriendo en su rendimiento académico y en su vida diaria.

Por: Virginia Herández

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