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Mis cargos en el PSOE salmantino

JESÚS MÁLAGA: ‘Desde el balcón de la Plaza Mayor’ (Memorias de un alcalde)
La sede del PSOE.

[dropcap]T[/dropcap]uve la suerte de haber sido elegido por mis compañeros de partido en asamblea para dirigirles en Salamanca y su provincia. Durante los largos años de la Transición fui secretario de formación, presidente provincial y secretario general de la Agrupación Socialista de Salamanca.

Además de los importantes cargos orgánicos provinciales que ostenté, tuve también el honor de haber sido elegido por mis compañeros en asamblea para ocupar el segundo puesto en la lista del PSOE de Salamanca para concurrir a las elecciones constituyentes de 1977. Lista que encabezó el muchas veces recordado José Luis González Marcos. En aquella ocasión se discutía si José María Gil Robles o yo íbamos a ser los que nos lleváramos el disputado cuarto puesto. De los cuatro diputados en liza por Salamanca, estaba claro que dos irían a parar a la Unión de Centro Democrático, uno al PSOE y el cuarto estaba discutido entre los socialistas y la Democracia Cristiana.

Como suele ocurrir frecuentemente con las urnas, los votantes dieron un disgusto a las agencias demoscópicas y se alzó con el acta de diputado un tercero, también perteneciente a la UCD, Alberto Estella Goitre, que se convirtió en uno de los diputados más jóvenes de España. Años después, el PSOE salmantino presentó en la lista para el Congreso de los Diputados al bejarano Jesús Caldera Sánchez Capitán y salió elegido, el parlamentario salmantino fue el que presidió la mesa de edad de constitución de las Cortes. Era el diputado de menor edad del recién elegido Parlamento. Salamanca ha aportado personas muy jóvenes a la política nacional y local.

La ciudad y la provincia estaban ávidas de reencontrase con la política. Este derecho se les había negado durante cuarenta años por considerarse en el franquismo impura y culpable de todo lo malo que ocurría a nuestro alrededor.

La etapa constituyente fue para mí un periodo apasionante. Por doquier se discutía de política. La ideología aparecía en cualquier encuentro con amigos, conocidos o compañeros de trabajo, y lo que era más importante, a la izquierda se la reconocía por no haber renunciado a la utopía, que es y debe ser su seña de identidad.

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