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Opinión

Soñé por un momento que era aire

Imagen de Engin Akyurt en Pixabay

[dropcap]Y[/dropcap] en cuanto nacemos respiramos. Una primera bocanada que saldrá de dentro en forma de llanto. La primera señal que lanzamos. Un sonoro aquí estoy, ya he llegado, quiero cosas, dámelas adivinando hasta que sea capaz de pedirlo con palabras o por mis propios medios lograrlo.

Aire que llenará tus pulmones, que hinchará tu pecho para coger fuerzas, que soltarás cuando las hayas utilizado. El aire que te rodea, que entra en tu casa por puertas y ventanas, sí, incluso si están cerradas. Invisible por mucho que corra y que tu piel siempre declara. Y si estás al abrigo lo harán las hojas y ramas que ante su rumor danzan.

El que respiras y el que das. A veces hacemos tempestad solo con un gesto, con una palabra. Es para ti lo que para los peces el agua. Donde estás, por donde te mueves, si falta el aire, no hay nada.

Siempre está y siempre es libre, todo le afecta, con todo se mezcla. A todos es común, a todos nos llega su temperatura, su olor, su luz. No hace feos a nadie, para el aire todos somos lo mismo. Sencillamente te abraza. Se dice que las personas que tienen aire entienden el buen desapego, son objetivas y pueden ver las cosas desde distintas perspectivas. El aire es transparente, solo permite, no obliga.

A través del aire viajan las palabras, en él habitan las ideas, déjale hacer, si le permites dará luz a tus velas protegiéndolas de la corriente. Si prefieres exponerte despliégalas, te llevará hacia delante si sabes colocarlas, porque un zigzag a largo plazo se convierte en una recta.

Es lo que ocupa el espacio de una caja llena cuando la vacías. Es lo que hay entre tus ojos y el horizonte, es lo que te desnuda en verano y en invierno te abriga. Lo que quiero que no te falte, lo que espero te sobre y disfrútalo, no podrás guardarlo por mucho que lo ahorres.

Permite que haga. Déjate. Déjale. Que corra por tu sangre tras inundar tus pulmones. Hazte termómetro con sus caricias. Que se convierta en el medio de transporte de lo que sale de tu boca y entre por tus oídos. Que no se interponga entre tus ojos y lo que a primera vista pueda parecer desconocido.

Haz como él, sé y existe aun cuando te creas invisible. Mueve los árboles a tu paso, cambia de dirección, encuentra como sortear muros imposibles. Llénalo todo, no existe el vacío.

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