Dori Motos: «Seis operaciones en cinco años y tengo que volver al quirófano. Estoy aterrada»

Adoración Motos se enfrenta a su séptima operación en cinco años.

image1 (1)[dropcap]A[/dropcap]doración Motos, más conocida como Dori entre sus amigos y familiares, acaba de lanzar una campaña en la plataforma change.or para que se revise su caso. Esta es su historia. Es una mujer cuya vitalidad le ha hecho siempre trabajar para que su familia pueda tirar hacia adelante. Luchadora e incansable, trabajaba limpiando en una conocida empresa que le acababa de hacer un contrato fijo.

Había, poco a poco, conseguido alcanzar su meta: la de alcanzar la felicidad junto a los suyos disfrutando de lo que la vida le daba. Quienes la conocen recuerdan la vitalidad que desprendía, la magia, el altruismo que la llevaba a querer siempre ayudar a quien tenía cerca de una u otra manera.

Hubo un día, de esto ya hace cinco interminables años, que la vida le jugó una mala pasada. Al poco de firmar su contrato indefinido y después de tener más de nueve años cotizados a la Seguridad Social, le detectan una hernia discal que la obligará a dejar su puesto de trabajo debido a que en ese momento debe someterse a una operación de reducción de estómago. Pintaba bien la cosa; una intervención por laparoscopia y a los pocos meses a disfrutar sin el sobrepeso que le estaba haciendo enfermar. Corría el año dos mil diez y nada debería ir mal. Y sin darse cuenta, anestesiada, su cuerpo vivió una sucesión de dos operaciones en la misma mesa para intentar salvar su vida. Y su familia, con el miedo encima, no dejó de estar a su lado esperando a ver qué decían los médicos que la trataban.

Desde esa operación y hasta la fecha de hoy ha tenido otras cinco intervenciones para paliar los daños acaecidos con el primer corte en el abdomen. Y digo hasta la fecha porque hoy está esperando su séptima intervención en cinco años; la séptima que vive atemorizada por las complicaciones de la anestesia y por la infinidad de efectos que surgen al entrar en una sala de quirófano.

Muchas personas que no conocen la situación personal creerá que éste último corte de bisturí será lo suficientemente efectivo como para que se le curen todos sus males, pero nadie sabe que la afilada lámina cortante que utilizan los cirujanos para vernos por dentro no lo cura todo. Dori Motos ha tenido que visitar a psicólogos y psiquiatras porque, debido a su situación, no se encuentra bien consigo misma.

Cuando llamó por teléfono pidió ayuda porque “quiero que las personas sepa qué me ocurre y ayudar a todos los que se calla por miedo” como aseguró. “Muchas personas no levanta la cabeza. No la levanta porque creen que si hablan le va a ocurrir algo”. Y es que Dori Motos, después de verse impedida para poder volver a trabajar por un par de hernias que se le han producido en el abdomen, pidió que la Seguridad Social la declarara pensionista y le diera una pequeña partida para poder “aportar algo a mi familia porque el que no trabaje yo también perjudica a la economía familiar”. Y la juez que instruye el caso le denegó tal pensión porque, como dice en la Sentencia: ‘es una limitación para actividades que requieran prensa abdominal lo que no es habitual en los trabajos de limpieza’, cuando el forense que la evaluó aseguró que no estaba en condiciones de desarrollar su tarea por las complicaciones que han surgido como efecto de las negligencias.

Perdiste el trabajo.
Sí. También entiendo el que me echaran de él. Se portaron muy bien conmigo, me indemnizaron y todo bien, pero es que en mi situación actual cada mes me toca ir a varios especialistas como el cardiólogo, el psiquiatra, el cirujano plástico para que me vea como estoy. A parte de a mi médico de cabecera a que me recete mi medicación ¿Cómo me van a mantener allí si no tengo casi tiempo para poder trabajar? A lo que hay que sumarle lo que cuesta recuperarse de una operación.

e8e797b682398cc9b2342fa938b2ac19¿Qué piensas cuando la juez te deniega la pensión?
Rompo a llorar. Cuando trabajas limpiando necesitas el abdomen para poder hacer esfuerzo, y la juez dice que no. ¿En qué país vivimos? Recuerdo cómo giré la cara y lloré desconsolada por la impotencia. Ella no ha visto cómo estoy. Ella no siente lo que es no poder coger a tu nieto en brazos. No sabe qué significa mirarte y desesperarte. Antes tenía obesidad y es verdad que no estaba bien de salud, pero podía echar una mano en mi casa. Ahora estoy impedida.

Otra de las razones por las que me deniegan la pensión es por no tener mucho tiempo cotizado. Tengo nueve años y ocho meses. Si a esto le sumo lo que llevo entre operaciones, médicos y malestar ya llevaría más de quince años.

Me dieron ganas de enseñarle mis cicatrices. Yo quiero trabajar y no puedo. Parece que la juez no lo entendió.

¿Qué vas a hacer después de esto?
Yo no quería denunciar una negligencia médica. No quería porque es mucho a lo que te expones para poder ganar una negligencia. Y por eso lo intenté con la pensión. Pero veo que ya no me queda otra que actuar; porque si me callo otros perderán después. La justicia está muy mal, por lo que he podido comprobar. Pero hay que actuar.

¿Cómo lo ve tu familia?
Sin su apoyo y sin su cariño no podría seguir con esto. Me veo y no me apetecen cosas que antes hacía con normalidad. Ellos me apoyan y me ayudan.
Mi marido ahora está en paro, buscando a ver qué puede hacer para poder traer alimento a la casa. Y yo, claro veo que podría estar trabajando de lo que sea y que mi físico no me lo permite. Es algo que también me hace mucho daño. Por eso pedí la pensión.

Por: @FJRebollero

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