[dropcap type=»1″]L[/dropcap]os comuneros no conocieron el patio de las Escuelas Mayores. Su estructura urbana, tal como se encuentra en la actualidad, se consiguió en el siglo XVII. Sin embargo, sí pudieron contemplar el edifico de la Universidad construido en el siglo XV. Por el contrario, su fachada es posterior, pertenece al siglo XVI, y fue ejecutada a los pocos años de los acontecimientos de Villalar. El edificio responde a la tipología monástica, con un claustro central del que salen las aulas y dependencias del alma mater. La antigua capilla, en funcionamiento en los años de la revuelta, es hoy zaguán de acceso por la plaza de Anaya, en la puerta que la Universidad mantiene enfrente de la Catedral Nueva.
A la biblioteca se accede por una escalera de tres tramos, renacentista en el pasamano y gótica en la bóveda y en las ventanas. Entre las dependencias del claustro bajo destaca el aula de fray Luis que mantiene la cátedra, la tribuna lateral y los bancos corridos para los alumnos. Aunque modificada en parte, así debieron ser las aulas en las primeras décadas del siglo XVI. El zaguán de entrada es gótico. En su clave se representa el sello de la Universidad concedido por Alejandro IV. Los contemporáneos de los comuneros también contemplarían la puerta de entrada a la biblioteca, la fachada del actual rectorado, y el hospital del Estudio.
En los años del levantamiento comunero solamente un lado de la segunda planta del claustro estaba doblado, destacando en él su sorprendente artesonado. Los otros tres tramos del claustro alto se realizaron muy tardíamente, en el siglo XIX.
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