[dropcap]L[/dropcap]a velocidad. El estrés. El querer estar en seis sitios a la vez. Conocer a todo el que te rodea y que te sonría cuando le saludas. Vestir bien o intentarlo. Alcanzar un ático en Calle Serrano, que un Porche Panamera descanse en tu plaza de garaje. Ser conocido. Bailar mejor que nadie. Evitar la resaca. Que la gente te admire y se gire en la calle para visualizar mejor tus bíceps.
Nos complicamos la vida pensando en el qué dirán; nos jodemos la cabeza soñando qué podremos alcanzar con el éxito. Luchamos por algo que cuando nos vayamos no se irá con nosotros. Pero lo importante en la vida es tener a alguien que te haga erizar la piel con cada uno de los besos que te dé. Lo importante en la vida es rodearte de gente buena, que tire de ti cuando estés mal; que sepa exactamente qué o quién hace que tus días se conviertan en minutos.
Lo importante en la vida es aprender de los errores, transformarlos en lecciones y hacer que los defectos sean el motor que impulse un salto hacia el infinito. Tu propio infinito. Tu propio horizonte. Lo importante en la vida es luchar por lo verdaderamente importante. No por un puesto ejecutivo, jugar las cartas para conseguir que alguien te abrace las noches en las que no puedes dormir. Y que cuando seas viejo y peines canas, que la vida haya servido para algo más que la apariencia. Que la vida tenga un motivo intelectual y no material
No he venido aquí a hablar de mi libro; no he venido aquí a hacerme rico ni famoso. Ni si quiera he venido aquí para que me lean. Mi única ambición en este momento es ser eterno. Que lo que siento no se muera nunca y que el no morir signifique perpetuidad en la vida de mis palabras. Y que el mundo, la distancia y la vida sean testigos de cómo hice para aprovechar cada uno de los segundos que tuve la suerte de conocer esta y no otra existencia. Que si alguien se acerca a la pequeña ventana que creó mi imaginación, sea capaz de saber cómo siento y que de esa forma poco a poco pueda aportar un granito de arena al conjunto de locos que un día decidieron dedicarse a la literatura.
«Y que en la eternidad resida la luz de tus ojos. Y que la eternidad tenga el sabor de tus caricias.» A.
Estudiante de segundo curso en el grado de Periodismo en la Universidad Pontificia de Salamanca.