La Universidad de Kuwait la quiere, la de Salamanca, no

Hanane Benali ha dado clases a alumnos de todo el mundo, a chinos, a árabes, a personas que vienen de Latinoamérica y todos le han dicho que la Universidad de Salamanca tiene una fama muy grande en el mundo. «Antes de llegar a la Universidad de Salamanca se imaginaban otro mundo de conocimiento y aprendizaje y al llegar aquí se enfrentan con una realidad que no existe y se sienten frustrados. Te duele oír esto, pero ellos te cuentan lo que viven y sienten».

¿Por qué vino a la Universidad de Salamanca?
Me licencié en Marruecos y estaba haciendo un DESA en enseñanza de inglés, lo que llamamos nosotros Lingüística Aplicada y enseñanza del inglés como lengua extranjera. Terminé y defendí mi tesina. Cuando llegue a España pedí hacer la tesis doctoral, pero no me dejaban, tenía que volver a estudiar el tercer ciclo antes de acceder al doctorado. Lo hice y cuando defendí la tesis salían plazas en el Departamento, pero tuve la mala suerte de elegir una directora de tesis que era la alumna de la secretaria del Departamento y se ofendió muchísimo. Tanto que durante la lectura de mi tesis se pelearon entre ellas. No tenía nada que ver ni conmigo, ni con mi trabajo, pero me perjudicó. Desde entonces, cuando sale una plaza en el Departamento, no me dan la puntuación que merezco, me restan puntos y no puedo acceder a la plaza.

¿Es una de las razonas para irse a la Universidad de Kuwait?
Sí. Allí me he visto muy valorada, como me gustaría verme en la de aquí. En Salamanca, desde que tuve mi doctorado estoy buscando una oportunidad, pero no cualquier oportunidad de trabajo, una para trabajar en lo mío, para aportar y ofrecer todo lo que yo sé que puedo ofrecerle a la Universidad de Salamanca, para mejorar la enseñanza del inglés como lengua extranjera, pero no he tenido esa ocasión de demostrarlo. Las puertas están cerradas. He luchado por ello, participando en conferencias, pagando todo de mi propio bolsillo, escribiendo artículos y haciendo proyectos de investigación sin pedir ninguna ayuda,… Todo esto para tener un buen currículum y así acceder algún día a una buena plaza, pero no lo veo posible. Kuwait me ha acogido con mucho cariño. Tengo un contrato de 40 horas semanales, 12 horas lectivas, el resto es para dedicarlas a la investigación. Me han dado casa, transporte, un colegio para mis hijas, un sueldo astronómico,… Y el trato ha sido exquisito, con mucho respeto. Me han felicitado por mi trabajo. Esto me ha hecho sentir que quiero estar allí.

Salamanca fue hace 500 años referencia mundial. ¿Qué le falta para poder volver a intentarlo?
Falta la energía joven, su empuje y su entrega. Los jóvenes son personas que están muy al día de todo lo relacionado con la enseñanza y son los que podrían aportar novedades y motivación a los alumnos. Ahora se compite a nivel mundial y hay que conseguir estar en ese camino. A la Universidad de Salamanca le falta abrir la puerta a los jóvenes, para que obtenga su sitio en el ranking mundial.

¿Hay cantera en Salamanca para ello?
Sí. Hay muchas personas jóvenes con ganas de trabajar y cambiar, pero se han tenido que ir fuera y no se les deja entrar. Están esperando para volver.

¿Cuántas fronteras derriba -mentales- conocer idiomas? (Hanane habla perfectamente francés, árabe, español e inglés)
Cuando aprendes un idioma nuevo nunca vuelves a ser igual que antes de no saberlo. Este idioma conlleva aprender cultura, formas de pensar y expresarse. Por ejemplo, con el español aprendí muchas formas de manifestar el cariño que en mi idioma no existen y con el inglés aprendí muchas fórmulas de educación. Cuando aprendes un idioma actúas como piensas en esa lengua. El inglés, por ejemplo, te hace ser más correcto, porque tiene más expresiones formales para comportarte con los demás.

El español, el cariño, la inglés, la formalidad… ¿Y el árabe?
Para mí la espontaneidad, cuando se te ocurre algo lo dices, eres más abierto a los demás. Es un idioma muy hospitalario.

¿Nos queda cultura árabe en España después de haber estado ocho siglos aquí?
En Salamanca, no lo he visto. Lo he notado cuando he dado conferencias en Lérida, en Murcia, en Oviedo,… en estos lugares me encontré a personas muy amables. A mí no me sorprendió, pero me acompañaba una persona de Salamanca y a ella sí que le parecía extraño que fueran tan atentos con nosotras.

Hanane, ¿por qué nos da miedo la diversidad cultural?
En España, se ha visto a las personas de fuera como alguien que viene a pedir, a quitar trabajo,… Nunca lo hemos asociado a que nos pueden aportar otra manera de entender la vida. Siempre se ha vinculado a la idea de que nos van a quitar lo nuestro. Eso nos hace cerrarnos a todo lo que viene de fuera.

¿Ese pensamiento es muy pobre, dice muy poco de los españoles?
Sí, entiendo lo que dices. Pero, creo que aquí el ministerio de Cultura no juega su rol en la vida de los españoles. No les da oportunidades de conocer otro mundo y otras culturas. Lo que no conoces, te da miedo. Creo que falta información.

¿Qué haría usted?
Daría más conferencias, haría más presentaciones sobre otros países. Les daría más información sobre la cultura, tradiciones y costumbres del que está al otro lado de la frontera. Esta falta de información puede ser por el ministerio de Cultura o por el ministerio de Asuntos Exteriores de los otros países. ¿Por qué no se hace llegar la cultura de Marruecos a España? Por ejemplo, en Francia dan conferencias, ferias y llevan personas de Marruecos para presentar el país.

¿Europa es la tierra prometida o una feria de vanidades?
Europa es la última opción de las personas que no tienen nada en su país. No ven una luz al final del camino para conseguir comida para sus hijos y miran hacia Europa. Pero, las personas que tienen un poquito para vivir, no se mueven de su tierra.