[dropcap]S[/dropcap]i alguien me preguntara si me considero un antisistema le diría que sí. Creo que no es muy difícil deducirlo después de leer alguno de mis artículos. Ahora bien, para ello no necesito pertenecer a ningún partido político radical y de izquierdas, entre otras cosas porque, al igual que los de derechas, quieren monopolizar los valores ideológicos de uno u otro lado, como si ellos hubieran sido los que han inventado las revoluciones populares y el sentido patrio. Ello, sin embargo, no quiere decir que me considere un anarquista, puesto que entiendo que los partidos políticos son el instrumento de participación política en democracia, pero claro está que para ello tienes que cargar con la mochila de la disciplina de partido y del “borreguismo” que ello supone, en cuanto que, un poco que te desmarques no sales en la foto, con lo que ello supone en la mayoría de los casos que no es otra cosa que el sometimiento a cierto ostracismo. En definitiva, o estás dispuesto a pasar la mano por el hombro a aquellos que ostentan algún cargo dentro de la estructura organizativa del partido o serás uno de tantos, en el mejor de los casos.
Por lo dicho anteriormente, estoy convencido que tanto en España como Sebastopol, tal vez en este último lugar menos, la democracia para que pueda considerarse como tal, es decir, como el poder o gobierno del pueblo, tiene que evolucionar mucho; tanto que la estructura de los propios partidos políticos sea desprovista de sus tentáculos de poder internos, para que los que en ellos se integren decidan por mayoría y libertad las directrices que deben seguirse en la vida social. Y, por supuesto, no podemos olvidar la posibilidad de poder votar a quienes consideremos los más aptos para ejercitar el poder en ellos depositado, siguiendo las directrices marcadas, con el establecimiento de listas abiertas. En definitiva, considero que los partidos políticos, todos sin excepción, tal y como están concebidos en la actualidad no son más que organizaciones para posibilitar el “mamoneo” que supone el ejercicio de la política o lo que es lo mismo la gestión de lo público, predominando por encima de los intereses sociales los intereses del propio partido.
[pull_quote_left]Estoy harto de la crispación social que unos han creado y que otros se han ocupado de alimentar, para con ello seguir en el poder o para hacerse con él.[/pull_quote_left]Quizá algunos piensen que me equivoco y que hay partidos cuyo funcionamiento asambleario pone de manifiesto la importancia que para ellos tienen sus afiliados y simpatizantes, cuando lo cierto es que dicho funcionamiento no es más que una pantomima, en tanto en cuanto que su estructura vertical permite en la mayoría de los casos un poder de veto de lo decidido por las bases; siendo lo más patético que éstas no están enteradas porque ni siquiera se han leído los estatutos, o porque éstos se complementan con documentos organizativos o reglamentos cuya finalidad, a veces, en vez de aclarar o desarrollar los contenidos del Estatuto lo enredan todo para que reine la confusión, incurriendo en determinados casos en la irregularidad de entrar en contradicción con aquellos.
Por supuesto, además de lo dicho, lo peor de todo es cómo actúan los partidos, es decir, como se venden a las ciudadanas y ciudadanos de este país para conseguir nuevos adeptos o para obtener su voto. Me refiero a la cantidad de mierda que sueltan por su boca para demostrar que los contrarios son peor que ellos, entrando en un juego tan sucio de descalificaciones y provocación que convierten a sus voceros en seres patéticos e indeseables, en cuanto que el fin de tal proceder no es otro que remover la mierda para que, cuanto peor huela ésta, los ciudadanos reaccionemos movidos por los instintos más bajos que no son otros que los de la psicosis reactiva a ciertos comportamientos del contrario que no responden a la auténtica realidad sino a la que ellos quieren que veamos para convertirse en “salvadores de la patria”, generando odio entre posiciones encontradas, en vez de buscar puntos de encuentro.
[pull_quote_left]Señores políticos, empezad a luchar por nuestras necesidades y dejadme en paz de vuestros sermones, de vuestros mítines de provocación, de vuestras luchas de banderas, de lenguas y de naciones, de la hispanidad y los desfiles militares. España necesita trabajo, alimentos y energía para calentar sus hogares[/pull_quote_left]Entiendo que hay gobiernos que lo han hecho tan mal o que lo están haciendo tan mal que lo lógico es que el pueblo reaccione no volviendo a depositar en ellos su confianza. Entiendo que en la historia de cualquier país hay claros y oscuros. Entiendo que en las guerras hay perdedores y ganadores. Entiendo que hay heridas que no se han cerrado porque no se ha hecho justicia. Entiendo que los sistemas deben ser regenerados y no estancarse, porque todos sabemos que cuando algo se estanca termina oliendo mal. Por eso soy antisistema, porque creo que la oposición a lo mal hecho o a lo que no sirve por obsoleto es necesario para que haya evolución. Pero de ahí a la crispación social provocada por los representantes políticos de posiciones ideológicas contrarias hay una gran diferencia, siendo esto último lo que veo que está sucediendo en mi país, donde todo en el contrario se mira con lupa haciendo juicios sumarísimos de su actuación, olvidándose de limpiar lo que hay debajo su alfombra.
Estoy harto de estos políticos que ladran, de estos políticos de tercera que tenemos en España. Estoy harto de la crispación social que unos han creado y que otros se han ocupado de alimentar, para con ello seguir en el poder o para hacerse con él. Ninguno me vale y estoy a poco más de dos meses de unas elecciones generales. Pero sobre todo estoy harto del borreguismo de ciertos ciudadanos que no saben hablar sin insultar o descalificar al que no piensa como ellos, igual que sus “amos políticos”, y que, encima, pretendan dar lecciones de democracia cuando desconocen uno de sus valores más esenciales que es el de la tolerancia.
Señores políticos, empezad a luchar por nuestras necesidades y dejadme en paz de vuestros sermones, de vuestros mítines de provocación, de vuestras luchas de banderas, de lenguas y de naciones, de la hispanidad y los desfiles militares. España necesita trabajo, alimentos y energía para calentar sus hogares, y así poder hacer frente al duro invierno que tienen muchos por delante. Seamos sensatos y demos prioridad a lo que realmente la tiene sin que ello suponga que nos olvidemos del resto, porque para pasar una página primero hay que leerla, pero, por favor, sobre todo no me vendáis la moto porque no la necesito, sé perfectamente lo que está bien y mal, porque para ello no necesito ser de derechas ni de izquierda, o por lo menos irlo pregonando a los cuatro vientos. Y, por cierto, la campaña electoral que precede a las elecciones generales del 20 diciembre, os la pagáis vosotros, dedicando el dinero del Estado previsto para este fin, para fines sociales, que falta hace. Dad ejemplo y así sabré a quién puedo votar.
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3 comentarios en «Psicosis política»
La manipulación política que hacen los partidos de los ciudadanos es asquerosa, y como dice Feliciano en su artículo, ningún partidos se libra, incluido PODEMOS, ya que todos tienen en su interior esos dominios del poder y programas electorales que ninguno cumple. En el caso de PODEMOS aún es peor porque han ido de puros y limpios y han engañado a los ciudadanos con primarias manipuladas con cuneros en la gran mayoría de las ciudades, y cuyo censo electoral ni los propios afiliados conocen, lo que lleva implícito que hay puede votar cualquier personas varias veces solo con fingir su identidad. A esto hay que añadir que han utilizado en las municipales una marca blanca que es la de GANEMOS para presentarse a las elecciones, con sus representantes también elegidos entre los pelotas del partido… En fin, esto demuestra que todos los partidos van a lo que van a manipular y chupar del vote. El que los representantes de PODEMOS en las instituciones cobren tres veces el SMI no es del todo cierto, porque no hablan de dietas, extras en junio y diciembre, y otros privilegios, como en el caso de los senadores con disposición de wifi gratis en sus domicilios, una tablet, un smartphone y ordenador gratis. Además estos sueldos los compaginan con el que tienen en su vida privada, sin que les afecte ningún tipo de incompatibilidad, a diferencia de la mayoría de los empleados públicos… AL IGUAL QUE A FELICIANO NO ME GUSTA NINGÚN PARTIDO.. a tal caso el que más honesto me ha parecido hasta este momento ha sido GARZÓN, con su voluntad de unión de toda la izquierda.
A mi también me dan asco todos los políticos porque una cosa es lo que dicen y otra lo que hacen, pero sobre todo porque fomentan la crispación social para obtener votos, vendiendo soluciones que no sin más que humo. Mi felicitación de nuevo al autor del artículo por su imparcialidad y destreza para describir la realidad política de este país de pandereta y de caciques
¡Ay la política!, es tan complicado y cuesta tanto hacer algo desde abajo hacía arriba, es tan duro ir cambiando las ruedas a cada palo que te ponen, que avanzar se hace duro, y mas duro se hace si lo avanzado se cubre de matas y el camino se oculta. Es difícil, muy difícil organizar al pueblo, la lógica es la que comentáis, sobre listas, decisiones y demás temas imposibles de hacer que se materialicen sin las pequeñas trampas que tanta critica nos acarrea. No, no es fácil conducir a una parte importante del pueblo a un proyecto común, teniendo que saltar también barreras como las que ha puesto Garzón, que parece que él si puede hacer o tomar decisiones particulares sin ser tan mirado con lupa, hoy digo esto, y después digo otra cosa, las sinergías sino se dan, hay que buscar la fórmula para que Pablo cargue con responsabilidad de que no se den.