[dropcap]H[/dropcap]ay estudios y conclusiones de estudios para todos los gustos. Los hay que llegan a valorar cuanto invertimos en sacar una primera impresión sobre ti. En este caso concreto todas afirman que muy poco tiempo.
Te propongo una actividad. Idear una versión óptima de ti que te ofrezca una satisfacción personal absoluta y que pudiera ser la mejor que pudieras ofrecer al mundo. Decide cómo de compleja, escoge de entre las (versiones) que sabes que te hacen sentir bien, con las que fluyes o una pincelada de todos esos personajes que tienes a bien mostrarnos (en casa, el trabajo, cuando socializas con tu grupo…). Al escaparate todos esos detalles que consideras te hacen brillar. Los trapos sucios, si no has podido lavarlos, al cuarto de los ratones.
Pista que de sobra conoces. Según con quién y donde estemos nos comportamos de una u otra manera, hay lugares y personas concretos a, con y en los que ofrecemos una mejor versión de nosotros. Llevas puestas unas neuronas que funcionan como espejos y que imitan inconscientemente los movimientos que ves (o no) a tu alrededor con el objetivo de que te integres en el entorno. Aprovecha para hacer un viaje a las situaciones positivas, de apertura.
Sería como diseñar el mejor disfraz que puedas tener jamás, hazte uno de los buenos.
Puedes llegar a ese TU a lo largo de un viaje introspectivo al Nepal o leyendo esta columna cómodamente en casa (eficiencia es tu segundo apellido y en el trabajo trabajas, no lees columnas de opinión), quien sabe. Cualquier cosa que sirva como catalizador para hacerte un par de las preguntas esas que arañan un poquito, son las que esconden respuestas importantes. No valen las del tipo – ¿Clorofila o hierbabuena? ¿Zero o Light?
Volviendo al comienzo, te doy 1 minuto para que te decidas. Si te parezco rácano atiende, esto te interesa: Cuando te hemos conocido por primera vez hemos invertido, según qué estudios y qué autores, entre 2 décimas y 15 segundos en decidir cómo eres, qué etiqueta te otorgamos y en qué lugar de nuestra estantería merece estar una persona como tú.
Como gustamos de tener razón, hagas lo que hagas a continuación lo cocinaremos para ponerlo justo encima de esa primera impresión. Si aparece algún pero, será fagocitado con un sencillo “que te lo digo yo”.
La culpa de que te juzguemos así de rápido, no es nuestra. No te enfades con nosotros. Tiene que ver con el córtex y la amígdala y los tiempos antiguos en los que la vida dependía de diferenciar lo que suponía una amenaza. Tan bien lo aprendieron nuestros antepasados que nos ha llegado hasta hoy.
Entiendo que un minuto puede parecer demasiado poco tiempo como para que te conozcamos en toda tu dimensión. ¿Serán suficientes 15 segundos para decidir qué lugar de la estantería es el mejor para eso que acabas de ver por primera vez?
Revisa los armarios.
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