Este sábado parecía un día de finales de primavera o principios del verano, en lugar de 7 de noviembre en Salamanca, cuando ya estamos con el abrigo a mano.
A las cinco de la tarde había 19 grados a la sombra en el centro de la ciudad en una jornada en la que se han alcanzado los 25 grados.
Inusual y quizá la primera vez que muchos viven algo parecido.
Un veranillo de San Martín que ha sido literal y que, si se cumplen las previsiones de la Agencia estatal de Meteorología, se prolongará hasta el jueves. El viernes habrá que tener el abrigo a mano.



















