El misterio del Colegio de las Siervas de San José, al descubierto

Un momento de la explicación en el patio de las Siervas de San José.

Desde el pasado fin de semana y hasta el 20 de diciembre el programa Las Llaves de la ciudad abre al público trece espacios patrimoniales, interpretados a través de visitas guiadas y teatralizadas, bajo el lema “Para abrir sus mil y una puertas”. El Colegio de las Siervas de San José, Sagrada Familia, es uno de los rincones que se pueden visitar y que sorprenden por ser un espacio desconocido y único. Todo quedó al descubierto este sábado.

 

Se trata de un edificio que explica por sí solo y perfectamente el concepto ecléctico. Es un “mecano” con piezas y elementos que llegaron procedentes de otros edificios y que fueron encontrando aquí su encaje de manera natural. Conserva lo que fue el hospital de la Santísima Trinidad; se trasladaron restos de San Francisco El Real; de la antigua residencia de las Siervas de San José, expropiadas para construir la Gran Vía; llegó el patio pentagonal que ahora se encuentra extendido en la Plaza San Román y que primero fue ubicado hacia el interior del edificio; la Torre fue Facultad de Medicina y también se encuentran los restos de la Iglesia de San Román.

Además, es un edificio que contiene una plaza mayor. Una plaza castellana, que podría pertenecer a cualquier municipio de la Castilla rural, arquetípica, perfecta. Un escenario fantástico para filmar la mejor película costumbrista y el patio en el que juegan los alumnos.

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1 comentario en «El misterio del Colegio de las Siervas de San José, al descubierto»

  1. Salamanca tiene tantos encantos que no perderse por ellos debiera ser casi un delito.

    Se pide a la Iglesia Católica y sus órdenes religiosas que abran de par en par su puertas y ventanas para que entre el aire puro de las tres Sierras: Gredos, Béjar y Francia y completar un «espacio celestial».

    Y si además, en sus enormes colegios, monasterios e iglesias semi-vacías, entran los desheredados de la Tierra…Jesucristo les daría su bendición…de eso estamos seguros.

    Entre todos tenemos que poner en valor nuestras riquezas terrenales para evitar que la especulación urbanística acabe con ellas.

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