[dropcap]U[/dropcap]ltima Raito Regum (El último argumento de los reyes) que Luis XIV mandó inscribir en sus cañones. Esa entencia que daba a entender que aunque no tuviera razón, sus cañones, sus armas, su ejército se la daría.
Primero fue el ataque en la redacción de la revista satírica francesa Charlie Hebdo en la que el 7 de Enero de este año, fueron asesinadas 12 personas en un atentado Yihadista que reclamaba la restauración del honor mancillado de Mahoma, al haberse hecho un dibujo del profeta en el semanario francés. Días después la hipocresía llenó las portadas de los periódicos con mensajes que antes fueron de guerra y después fueron de paz, acompañando a fotos de grandes genocidas y represores que pedían libertad de expresión mientras en sus países censuraban y reprimían.
Pasó el tiempo y las bombas seguían cayendo en oriente medio, aunque siempre del lado contrario al que debían. Se bombardeaban las posiciones Kurdas, uno de los pocos que lucha contra el ISIS, se bombardeaba “por error” un hospital de Médicos Sin Fronteras, se llenaban nuestras costas de cadáveres, pateábamos inmigrantes cargados de hijos en las fronteras, se criticaba (y aun se critica) la intervención rusa en Siria, la única que no causa bajas civiles. Y mientras tanto, el fuego de la guerra se sigue alimentando desde occidente; se mantienen las relaciones con países que apoyan abiertamente al ISIS, como Arabia Saudí cuyo rey, aparte del promover el Wahabismo, es amigo íntimo de nuestro parasito mayor del reino. Tan amigo nuestro como de Francia. Ya sabéis, distinta cara de la misma moneda.
Pues bien, el tiempo siguió pasando y la serpiente que nació entre nuestras manos occidentales se ha girado una vez más para mordernos en toda la cara. El pasado viernes, día 13, se produjeron varios tiroteos y explosiones en plena zona de fiestas de Paris y junto al Estadio de Francia, tristemente célebres se han hecho las imágenes del ataque a la sala Bataclan durante el concierto de Eagles of Death Metal. Y después llegaron primero las condolencias y el golpearse el pecho, después el postureo, los #JeSuis y los #PrayFor, seguimos con el racismo en las redes sociales, el “ellos primero” como si hubiera un “ellos” entre los migrantes y los españoles árabes, justificando lo injustificable, como si nuestro racismo solucionara algo, como si por echar los espumarajos de rigor y señalar con el dedo sirviera más que para alimentar el odio hacia una cultura ya odiada desde hace tiempo en occidente por esa gente que dedica su tiempo más a insultar que a abrir libros. Y para terminar, cañones. Ultima Ratio Regum.
La Francia de la Libertad, la de la Igualdad y la de la Fraternidad llena de rabia y con sus cadáveres aun calientes, se toma la justicia por su mano y empieza un bombardeo masivo sobre la ciudad siria de Raqqa, denominada por los Yihadistas como Capital del Estado Islámico.
Imaginad por un momento que ETA decide atentar en París y que Madrid, o cualquiera de las ciudades donde vivís fuera un bastión de la banda terrorista y, por tanto, Francia bombardease vuestras casas, vuestros bares, vuestros puestos de trabajo, a vuestros hijos.
Pero, no dejéis de imaginar y pensad ahora que, en vez de al ISIS, Occidente en general financiase a escondidas a esa banda terrorista. Pues eso es lo que está pasando en oriente medio. Durante largo tiempo nos hemos dedicado desde occidente a financiar a grupos de “pacíficos demócratas” para que luchasen contra dictadores de la zona, antiguos aliados en algunos casos y que instaurasen a personajes afines a nuestros intereses pero claro, no nos extrañemos cuando ni esos títeres mantienen sus cuerdas en su sitio ni cuando esos demócratas con cimitarra ponen bombas, tirotean o estrellan aviones en la pacifica civilización occidental. No amigos, no. No creáis que los movimientos extremistas surgen del aire, que sus armas crecen de las palmeras (el rifle de asalto FAMAS es de fabricación exclusivamente francesa), ni que su financiación no viene de fuera. ¿O acaso quién creéis que le compra el petróleo al ISIS? ¿Quién lanza cargamentos de armas “por error” en zonas controladas por los Yihadistas?
Seamos realistas, cuando occidente deje de meter las narices en oriente, dejara de tener que dormir con un ojo abierto. El imperialismo es lo que tiene. Seguro que creéis que la primavera árabe fue una lucha por la democratización de los países árabes, pero casualmente solo se libraron de las revueltas nuestros amigos en la zona mientras que fueron los países más laicos y más opuestos a la influencia occidental los que florecieron en esa primavera. Como cantaba Rammstein, “la primavera se desangró en París”.
Por: Jonatán Durán Sánchez
