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Una familia salmantina atrapada en Eurodisney en los Atentados

La familia salmantina en Eurodisney, París durante los atentados terroristas.
La familia salmantina en Eurodisney 2.
La familia salmantina en Eurodisney 2.

Iban a ser cinco días de diversión familiar y se convirtieron en un auténtico infierno hasta en el embarque para España

 

 

Javier López, Cristina Sierra y sus dos hijas, Alba y Marina, contrataron el viaje soñado para sus hijas: Cinco días en Eurodisney. Pero, el sueño pronto se convirtió en casi una pesadilla.

Llegaron el viernes 13 de noviembre a Eurodisney. Pasearon por el parque y disfrutaron de los espectáculos. Se acostaron a las diez de la noche, porque el día había sido intenso, salieron de Salamanca a las dos de la madrugada. «No nos enteramos del atentado hasta la mañana siguiente, en el desayuno, cuando comenzamos a planificar el día y una familia de Alicante nos dijo lo que había pasado», explica Javier López.

Las tiendas estaban abiertas en Eurodisney.
Las tiendas estaban abiertas en Eurodisney.

Preguntaron en recepción qué iba a ocurrir. Allí, les informaron que por seguridad, el parque iba a estar cerrado. (Eurodisney sólo había cerrado un día en los 25 años que lleva abierto). «Todo estaba normal. No había excesiva seguridad, la normal, y decidimos dar una vuelta por el parque. Cuál fue nuestra sorpresa que las tiendas del recinto estaban abiertas», señala Javier López.

Ese día, el parque estaba repleto de personas. Había multitud de franceses, ya que era el día que se inauguraba la temporada de Navidad. También ingleses, italianos y, por supuesto, españoles.

El sábado transcurrió tranquilo, pero el domingo, comenta López, comenzaron a ver como los franceses se iban, al igual que los ingleses. «Nos dijeron que desde el Consulado español habían dicho que no había ningún problema, al igual que en la recepción del hotel». El parque continuaba cerrado, «pero, las tiendas permanecían abiertas».

La seguridad en Eurodisney.
La seguridad en Eurodisney.

El domingo, sí que vieron que la seguridad se iba incrementando. No obstante, a Javier López le llamó la atención que en los dos controles de seguridad que daban al parque, no le hicieran quitarse la cazadora. «Llevaba una riñonera y en ningún momento me la tuve que quitar, ni abrir».

Vieron que en la estación de tren, había militares muy armados, al igual que policías y perros. «Pero, los trenes seguían llegando, al igual que el metro, por lo que era muy rara la seguridad».

Preguntaron que podían hacer con las niñas. Les dijeron que los personajes de Eurodisney estaban haciendo actuaciones en los seis hoteles que se encuentran dentro del recinto. «Fuimos de hotel en hotel. Pero, repito, las tiendas estaban abiertas».

¿Pasaron miedo en algún momento?
Miedo, miedo no. Pero, una noche tocaron a la puerta y nos asustamos. Era una persona del hotel que nos informaba de que iba a permanecer cerrado el parque por luto nacional. Las tiendas seguían abiertas.

Hasta el lunes no les llamaron de la agencia de viaje. Según López no se pusieron en contacto con ellos durante el fin de semana y al número de emergencias que llevaban, tampoco contestó nadie.

A medida que iban pasando los días, el parque se iba quedando más y más vacío. «Sólo quedamos los españoles y algún italiano. Los demás se fueron todos», puntualiza López.

Los juguetes que la familia compró en París y que le costaron casi un disgusto.
Los juguetes que la familia compró en París y que le costaron casi un disgusto.

Sí hasta aquí el viaje soñado era surrealista, lo que les ocurrió en el aeropuerto cuando regresaban, fue aún más. «Nos llevaron al aeropuerto en un microbús y sólo íbamos nosotros cuatro. Llegamos al aeropuerto facturamos las maletas y llevábamos unas bandoleras que facturamos como equipaje de mano, además de una bolsa con los juguetes que habíamos comprado. Nos dijeron que los podíamos llevar con nosotros y lo facturamos también como equipaje de mano».

Cuando llegaron a la puerta de embarque le dijeron que no, que no podían subir con los juguetes, que el arco y las flechas de la princesa Mérida «eran muy peligrosos, al igual que los peluches. Era de risa. Tuvimos que volver a facturarlos y nos pedían 60€. Pensamos en dejarlos en una papelera, pero al final, en atención al cliente vieron que era ridículo y lo pudimos facturar».

El mensaje que les dieron en el hotel.
El mensaje que les dieron en el hotel.

Pero, quizá lo más patético del viaje fue cuando los hicieron pasar por el detector de metales del aeropuerto. Lo tuvieron que hacer de uno en uno. «Primero pasó Cristina, luego, mi hija la mayor y al pasar la pequeña, de tres años, pitó. Hasta en tres ocasiones la hicieron pasar por el arco. Lamentable», se queja López.

¿Les devuelven el dinero del viaje ya que no han disfrutado ?
No, como mucho el de las entradas que no hemos podido disfrutar. El seguro del viaje no cubre atentados terroristas, por lo que ni hemos disfrutado del viaje, ni podemos reclamarlo. Estamos intentando que nos devuelvan el importe, incluso se ha creado un grupo de damnificados, pero de Salamanca sólo estamos nosotros.

¿Volverían a Eurodisney?
Sí, con los ojos cerrados.

 

 

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