El concierto duró casi tres horas y el artista interpretó casi treinta temas de su amplio repertorio, acompañado en el escenario por los músicos de la Sinfónica de Castilla y León
Puntual, elegante y exquisito. Raphael calentó el ambiente del multiusos Sánchez Paraíso nada más salir al escenario y eso que la noche era gélida.
El artista jienense es tan excesivo como contenido. Sus gestos, su manera de moverse por el escenario, su ritmo, su tempo,… pasa de la risa al ‘llanto’ en cuestión de milésimas de segundo y así hasta casi las tres horas de concierto con las que deleitó a los miles de salmantinos que se acercaron hasta el multiusos Sánchez Paraíso, que pudieron corear y saborear las casi cuarenta canciones con las que deleitó a su público.
Su público no tiene edad, porque había personas más veteranas que el propio artista y jóvenes que bien podían ser sus nietos. Todos ellos, sin excepción, se lo pasaron en grande, porque por el escenario transitaba un artista.