Con la Iglesia hemos topado

[dropcap type=»1″]E[/dropcap]l rey Carlos intentó juzgar a Juan Pereira “el mozo” y condenarlo, pero no pudo al tratarse de una dignidad de la Iglesia. El emperador tuvo que sufrir en su persona el dicho que inmortalizó Cervantes en el Quijote: “…con la Iglesia hemos topado Sancho”. Tuvo que ceder en su propósito de juzgar y condenar severamente a Juan Pereira al toparse con la defensa cerrada del deán por parte de la Santa Sede. La protección del Papa surtió efecto y logró que la justicia real se inhibiera a favor de la eclesiástica, no solamente en el caso de Juan Pereira sino también en el de todos los eclesiásticos que intervinieron en la causa comunera. En ausencia del obispo, resolviendo asuntos diocesanos en Roma, Juan Pereira fue en los años de la insurrección la máxima autoridad eclesiástica de la diócesis de Salamanca.

Así como todavía se desconoce en qué lugar de las catedrales de Salamanca se encuentra enterrado el iniciador del teatro español, Juan del Enzina, también desconocemos donde yacen Juan Pereira, su tío y su padre. Seguramente en el suelo del presbiterio de la catedral vieja. Juan Pereira “el viejo” pudo recibir sepultura en la capilla de Anaya, propiedad de la familia del fundador del Colegio Mayor de San Bartolomé. Asimismo pudieron ser trasladados los restos de Juan Pereira “el mozo” a otras dependencias en las distintas remodelaciones de la Catedral Vieja. No se puede descartar que se depositasen, junto con su padre y su tío, en la capilla de la familia Anaya.

Lo que podemos asegurar es que al ser los dos, padre e hijo, deanes de la catedral, sería en su recinto donde recibirían sepultura, y no en la capilla que los Anaya mantenían en la iglesia de los dominicos, hoy capilla de Nuestra Señora del Rosario.

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