[dropcap]L[/dropcap]a calidad debe ser controlada y verificada, pues es la imagen que la empresa proyecta a sus clientes. Así pues, desde el conocimiento apropiado de los requisitos contractuales hasta la entrega del producto o servicio, los niveles de calidad deben estar claramente especificados y difundidos.
La supervisión y control de la calidad puede parecer, a priori, un sobrecoste, pero hemos de pensar en las consecuencias económicas e intangibles de un fallo en la calidad. La respuesta a la necesidad de supervisar y verificar los materiales, la fabricación o la ejecución y las características finales del producto o servicio está en nuestras manos.
Como es lógico, inicialmente será necesario disponer de un plan de inspección y ensayo más complejo que podrá simplificarse a medida que se van obteniendo resultados positivos. Esta es la labor del departamento de calidad, evaluar los costes necesarios para mantener el nivel de calidad y contrastarlos con la evaluación de los problemas y no conformidades (costes de la no calidad). Este seguimiento nos permitirá tomar la decisión adecuada.
Otro de los aspectos, que nos ayudará a elegir entre el autocontrol y la supervisión de las actividades por personal ajeno a la producción, es la competencia profesional y responsabilidad de los trabajadores que intervienen en el proceso; si ponemos empeño en hacer bien las cosas y aceptamos que se pueden hacer mejor, el peso de la supervisión y el control disminuye.
Como profesional de la calidad he comentado, más de una vez, que si en la producción se consigue trabajar eficazmente y con espíritu de mejora, el departamento de calidad se reduciría, paulatinamente, hasta su desaparición. Dicho de otra forma, si el pensamiento y el comportamiento del hombre cambiasen hacia evitar el fallo, podemos decir que es viable el “cero fallos”.
La respuesta a la pregunta inicial se encuentra en nuestra competencia y responsabilidad.
Monitoring, Yes or no?
[dropcap]Q[/dropcap]uality must be monitored and verified, it is the image that the company plans to their customers. So, from the proper knowledge of the contractual requirements to delivery of the product or service, quality levels they must be clearly specified and disseminated.
Monitoring and quality control may seem, at the beginning, an additional cost, but we have to think about the economic and intangible consequences of failure in quality. The answer to the need to monitor and verify materials, manufacture or delivery and final characteristics of the product or service is in our hands.
It initially will be necessary to have a more complex inspection and testing plan, which may be simplified as positive results are obtained. This is the work of the quality department, assessing the costs required to maintain the level of quality and contrast them with the assessment of problems and nonconformities (cost of poor quality). This monitoring will allow us to make the right decision.
Another aspect, that will help us to choose between self-control and supervision of the activities by anyone other than production, is the professional competence and accountability of the workers involved in the process; if we endeavor to do things right and accept that we can do better, the weight of the supervision and control decreases.
As a quality professional, I mentioned, more than once, that if production is achieved and we effectively work in a spirit of improvement, the quality department would be reduced gradually until it disappears. In other words, if the thought and behavior of men change to prevent failure, we can say that is viable «zero faults».
The answer to the first question is our duty and responsibility.