Los comerciantes de la ciudad no han asociado directamente las elecciones con un menor ánimo en estas navidades, pero sí notan que ha habido algo.
Las elecciones generales del 20 de diciembre han coincidido en plena época de compras navideñas. Se ha llegado a afirmar que este hecho ha mermado el espíritu navideño, ya que los ciudadanos han tenido su mente puesta en cuestiones políticas más que en regalos y turrón. Sin embargo, los comerciantes de Salamanca no están del todo convencidos de que ésta haya sido la causa de un detrimento del espíritu navideño, admitiendo en su mayoría como cierto esto último, sino una suma de varios factores.
Los comerciantes están convencidos de que algo ha interferido en el espíritu navideño de las personas este año, pero no todos lo achacan al mismo motivo y, la mayoría, no lo asocian específicamente a las elecciones. “No notamos que la gente tenga espíritu navideño”, admite Gloria González, de la tienda de mascotas Acuario Arrecife, “no sabemos por qué será, pero no creo que sea por las elecciones”.
Gloria González, peluquera canina, sí que ha notado un detrimento del nivel de compras de Navidad con respecto al año pasado. Ella considera que a estas alturas aún es pronto y que las personas no ha comenzado sus compras todavía, sin embargo, otros años sí había comenzado la actividad por estas fechas.
Una opinión parecida tiene la dueña de la tienda de regalos Cocola. Carlota Sánchez no considera que la falta de espíritu navideño se deba a las elecciones, aunque sí ha notado que este año la gente está “más desganada”. “Pensé que iba a afectar”, ha comentado refiriéndose al momento en que se anunció que las elecciones generales serían el 20 de diciembre, “pero no, creo yo”.
Lo que sí tienen claro los comerciantes es que, haya o no espíritu, las compras se hacen de igual manera. Parece que los ciudadanos no han dejado de comprar regalos. “Compran porque hay que comprar”, comentaba la propietaria de Cocola, coincidiendo con la opinión de Santiago Velasco, de la papelería-librería Papelotes. “La gente gasta lo que tiene que gastar, son regalos que tienen que hacer”. Regalos para los niños, los amigos, los familiares, las parejas… Lo que está claro es que, si están desanimados, no parece que sea razón para olvidar los típicos regalos de Navidad, y eso parece que no lo cambian ni las elecciones.
Uno de los aspectos que sí han encontrado en común los comerciantes al buscarle una razón a esta falta de ánimo en las fiestas navideñas es el tiempo. El cambio climático está convirtiendo el mes de noviembre en algo más caluroso de lo que, en principio, debería ser. Estamos a pocas horas del invierno y apenas se nota. “Parece primavera más que invierno”, comentaba Agustín Ortega, dependiente de la tienda tradicional de Salamanca dedicada a la confección, Bernal, poniendo de manifiesto que venden menos ropa de abrigo y que la gente no siente que sea Navidad.
En la tienda de moda y complementos naif Mis Trapitos, Oscar Herrero y Celeste García, sus propietarios, no dudan que sea el tiempo la razón de la falta de ánimos por las compras y, desde luego, lo que menos piensan es que se deba a las elecciones. En cuanto al nivel de compras, mantienen un nivel similar al 2014, aunque “ahí están los jerséis”, aseguran, señalando a la pila de prendas de invierno.
Los únicos que han relacionado esta tendencia con las elecciones, aunque no de modo directo, son los dependientes de Bernal, quienes consideran que “hay incertidumbre”, lo que deriva en menos espíritu y menos compras. “A estas alturas ya había campaña el año pasado”.
Hace unas semanas, por otro lado, el presidente de AESCO anunciaba unos muy buenos resultados de ventas a raíz del Black Friday, donde se vendió el doble que el pasado año. La mayoría de los comerciantes consultados aseguran no haber celebrado ese día a excepción de Bernal y Mis Trapitos. Ambos establecimientos asegura
n que hubo más movimiento que otros días, pero que parece que los clientes aún no terminan de abrazar la costumbre americana, no saben lo que es o prefieren las compras online. “Al final comeremos pavo”, bromeaba Pepe García, dependiente de Bernal.