Investigadores del Instituto de Biología Funcional y Genómica de la USAL, Japón y Universidad de Oxford han demostrado, gracias a una reciente investigación, por un lado, un mecanismo molecular por el que los nutrientes regulan el tamaño celular y, por otro lado, por qué los organismos mejor alimentados crecen más y tienen células más grandes.
Este experimento inicial surge desde hace cuarenta años, pero el mecanismo no se ha descrito hasta ahora. Asimismo, el director y científico del Instituto de Biología Funcional y Genómica (IBFG), Sergio Moreno, ha explicado que con esto trata de demostrar que hay una “conexión entre el crecimiento de las células y su división”.
De tal manera que, “las células que acceden a muchos nutrientes y proteínas tardan más tiempo en dividirse y ese tiempo adicional de espera, para que se produzca la división celular, es lo que genera el aumento de tamaño”, matiza.
También, han demostrado que los aminoácidos como la glutamina, un promotor fuerte del crecimiento de las células, y algunos alimentos como la carne o el pescado son los responsables del aumento del tamaño celular.
La cara B de la investigación
Aunque esta investigación tiene una contrapartida y es que, según señala el científico Sergio Moreno, “el aporte proteico es muy importante durante las etapas tempranas de la vida de las personas, tanto en la infancia como en la adolescencia, pero cuando crecemos y somos mayores se recomienda disminuir la ingesta de proteínas porque la llamada proteína Tor es la que promueve el envejecimiento y la aparición de enfermedades asociadas al envejecimiento”, entre ellas el cáncer.
Los nutrientes retrasan, mediante una ruta biológica, el proceso de división celular y eso es lo que permite que las células sean más grandes. Añade que para tener una buena calidad de vida es preciso que la gente “tome una ingesta de un 80% de los nutrientes que normalmente acostumbran a tomar”.
Se ha publicado un artículo referente a esta investigación en la reputada revista Current Biology y en él se da a conocer esta nueva ruta bioquímica que coordina el crecimiento y la división celular.
Texto y Foto: Pilar Herrero Zazo