Teresa Carbajal: «Salamanca rechazó subvenciones que aprovechó el País Vasco»

[dropcap]T[/dropcap]eresa Carbajal lleva más de 40 años en Salamanca, por sus aulas han pasado miles de salmantinos a los que enseñó a amar la música y a pensar. Tiene cuerda para rato y se desplaza en bicicleta por las calles de Salamanca, ciudad a la que ama.

¿Salamanca está viviendo de las rentas?
Sí y además son muy malas.

¿Quién o qué dirige Salamanca?
Salamanca tiene una tradición centrípeta, cerrada. El concepto de terrateniente, de cronocracia se ha metido en la Democracia, en la gestión municipal, por eso continúa tan cerrada.

Recientemente, se han presentado dos confederaciones de empresarios. ¿Los empresarios de Salamanca son los que están dando las directrices en algunos estamentos políticos?
Pienso que el tejido empresarial salmantino es muy cerrado y con niveles distintos. Porque el de joven emprendedor independiente está totalmente sometido. Por poner un ejemplo, el de la hostelería, se le dan privilegios a amigos, aquí no se genera, como puede ocurrir en el País Vasco, donde se promociona al joven emprendedor. Aquí tienes que estar sometido a esa gestión que denomino caciquil. Eso no crece. Ahora hay dos patronales, pero, ¡ojo!, con mucho control, lo quieren controlar todo y no quieren que crezcan los demás. Es un sistema tan cerrado que no produce.

Vivió la dictadura, ha sido concejala del Ayuntamiento. ¿Cree que se ha acabado con la herencia franquista?
No, al contrario, ahora es más sutil. Antes sabías que no había democracia, pero ahora se utiliza la democracia con el mismo sistema, pero con controles más sutiles, porque lo han votado. Eso es gravísimo. Yo lo llamo voto cautivo. El otro día ayudé a una amiga mía a votar, y votó al PP, y me preguntó que a quién votaba yo, le dije que a Podemos y me contestó: ¡Qué horror! y le pregunté: ¿Por qué? y me contestó, pues tienes razón, no sé por qué. Y eso que me dijo: ¡Es guapo el coletas! (Risas) pero no sabía qué programa tenían. Por eso hablo del voto cautivo, comprado,… estamos peor en este sentido de libertades a las que denomino seudo-libertades.

Ha hablado antes del País Vaco y sabemos que tiene una vinculación muy especial con Cataluña. ¿Qué cree usted que ganaríamos si nos hermanáramos a estas regiones?
No hablo de hermanamiento. Hablo de más. Hemos cometido unos errores tan graves cuando vino la democracia para poder disfrutar de la diversidad, porque tenemos una riqueza increíble, sólo hay que mirar la comida, y en lugar de disfrutar de esa diversidad y ser una misma familia unida, luchamos por separarnos. ¿Qué hemos hecho? ¿Quién tiene la culpa? Desde mi opinión el centralismo, que es el peor y más grave nacionalismo. Es el cáncer que tiene este país para llegar a la paz. En lugar de haber destacado cada uno en su forma de ser, nos hemos alejado.

¿Qué hubiera hecho usted?
Pondría un ejemplo. Nada más llegar la democracia, por Decreto Ley se tenían que haber puesto en todas las escuelas oficiales de idiomas las tres lenguas oficiales: el catalán, el vasco y el gallego. Y no existe. Quizá en Madrid… Si yo quiero estudiar en la Escuela de Salamanca el catalán o el vasco… es una utopía. Eso hubiese unido, porque nos une la cultura y la lengua. Porque así hubieran venido profesores a la Escuela de Idiomas y se hubiera divulgado su cultura. Somos una nación de naciones que no nos hemos sabido aprovechar de la riqueza de las otras naciones. Esto no se hizo y se creó al enemigo. También propuse que se pudieran estudiar estas lenguas en el Instituto, porque un español antes de marcharse fuera de España, se va al País Vasco o Cataluña. Si un chico hace dos años de catalán o vasco en el instituto ya tienen la base para poder presentarse a unas oposiciones allí. Fui catedrática de instituto de Música, si fuera a Galicia, tendría que saber gallego. No es una discriminación, porque si fuera a dar clases a Alemania, me exigirían que supiera alemán.

¿Por qué cree que hubo ese rechazo?
Porque el peor nacionalismo es el centralismo, que viene de Felipe II.

¡Me lo fía lejos!
Sí, porque cometió un error al poner la capital de España en Madrid, en el centro, cuando estaba en Valladolid. Siempre digo que la capital de España tenía que haber sido un sitio de costa, Barcelona o Cádiz. La seudodemocracia de este país, en todos estos años, lo que ha hecho es dividir, porque así controla. El centralismo lo que quiere es empobrecer a este país. Antes teníamos ETA, pero ahora no. Cuando desapareció el tema vasco, había que crear el tema de los papeles, del Archivo de la Guerra Civil. Eso sí que fue un montaje falso.

¿Conoce Salamanca lo que hay en el Archivo?
Me parece que fue en 1994 cuando comenzó la movida. Voy a hablar antes de otro archivo, el municipal. Los Archivos locales no le interesaban absolutamente a nadie. Precisamente, el Archivo del Ayuntamiento en el 98 estaba en el suelo, en los pasillos, cuando fui a consultar al archivo, porque diez años antes nos habían hecho Patrimonio de la Humanidad, que se celebró en el 99, constituimos la Asociación de Ciudadanos por la Defensa del Patrimonio, porque se estaba destruyendo mucho patrimonio. Entonces nos pusimos en contacto con la Unesco, y lo primero que nos dijeron es que miráramos el expediente para saber a qué atenernos. Vine al Ayuntamiento para que me enseñaran el expediente y me dijeron que no lo tenían.

¿Cómo que no lo tenían?
No había expediente…

Entonces vino la Unesco y dijo Salamanca es Patrimonio de la Humanidad…
(Risas) Fui tan pesada e insistí mucho en averiguar cuál había sido el proceso. Y me dijo: No hay archivo.

¿Cómo que no había archivo en el 98?
No, no había Archivo Municipal reglado. Y unos años antes se había movilizado Salamanca entera por el Archivo de la Guerra Civil.

Continúe con el Archivo Municipal…
Insistí tanto que me dejaran ver el expediente que se había utilizado para que la Unesco nos declarara Patrimonio de la Humanidad, porque si no era imposible que pudiéramos trabajar. Creamos en el 99 la Asociación de Ciudadanos por la Defensa del Patrimonio. El secretario del Ayuntamiento me dijo que lo del Patrimonio de la Humanidad era una cuestión personal del señor Troconiz. Le pregunté: ¿Lo tiene él? y me dijo: Sí. (Risas).

¿Y qué hizo?
Lo peor es que Troconiz no era alcalde en ese momento, era ya Lanzarote. (Risas) Entonces fue cuando comencé a investigar por los archivos de Salamanca. Había ratas y a nadie le interesaba nada.

¿Una vez investigados los de Salamanca se pasó al de la Guerra Civil?
Sí y me di cuenta que se engañaba a la población. No se ha desmembrado el archivo, teniendo en cuenta que en los años 60 ya salieron de Salamanca muchos papeles para la capitanía de Ávila, de Valladolid, de Burgos, para que no estuvieran aquí. Fue cuando Franco vio que comenzaban a venir los nietos de los exiliados procedentes de México u otros países y comenzaban a pedir papeles de sus familiares. Franco se creía eterno. Por lo que aquí, había poco ya. Por eso, lo que ocurrió en las manifestaciones de los noventa y posteriores es una manipulación. Las personas iban a las manifestaciones sin saber por lo que protestaban, sólo decían que los catalanes nos lo quieren quitar. Aquí nació el odio a Cataluña. Se vieron cosas viscerales. Dieron datos erróneos, porque Pujol ya llevaba muchos años llevándose papeles. Todos los que quería, porque tanto PSOE, como PP hicieron cambalaches con él para poder gobernar.

Cambiamos radicalmente de tema. ¿Con estas elecciones de diciembre estamos entrando en una segunda transición?
No me gusta la palabra transición. Durante la etapa de Asnar (porque he perdido la z) lo que se hizo fue ocultar, por ejemplo, cuando cambió la Ley del Suelo, que de allí nos vino la crisis tan brutal que ha vivido este país. Franco le decía al Príncipe: «Crea españoles asnitos porque así no se te rebelaran». Asnar para gobernar la primera legislatura dejó de dar dinero a Castilla y León.

¿A qué se refiere?
Tengo un hecho real. En 1997 fueron las transferencias de Educación y a Juan José Lucas, entonces presidente de la Junta de Castilla y León. Ese año, Castilla y León recibió la mitad del dinero que le correspondía para Educación, de Sanidad no hablo porque no es mi tema y no lo conozco. ¿Por qué permitió Lucas esto? Se lo dijo a un gran amigo suyo, conservador como él, pero con una gran integridad. Lucas le dijo: «Me ha dicho Aznar que no me puede dar todo el dinero, porque para poder gobernar en la primera legislatura se lo tiene que mandar a los catalanes». En esa época es cuando dijo que hablaba catalán en la intimidad. Y el amigo le dijo: «¿Pero, cómo consientes esto, Lucas? Y ahora veinte años después se reduce personal y tenemos la Educación que tenemos.

Desde su experiencia. ¿Qué cree que necesita Salamanca teniendo en cuenta que por sus calles pasó la historia del mundo?
Vine en el 73 y me siento salmantina. Salamanca, por la gestión tan caciquil, parece que estamos en los años 50. Pero, lo más grave son los pecados de omisión. Cuando entramos en la Unión Europea, hace 30 años, éramos una zona objetivo 1, y nos venía dinero. Sólo había que presentar proyectos, pero el cacique tenía que controlar, por lo que se devolvían. De esto fui testigo. Se hacían proyectos para cuatro. Ahora viene lo bueno, el País Vasco recibe una notificación de Europa diciéndole que como Salamanca, nivel 1 de necesidad de desarrollo, había rechazado muchas ayudas, le preguntaban si ellos las querían. El País Vasco las cogió todas, creando empleo. Este pecado de omisión fue muy grave y no se le puede perdonar a estos gobernantes que hemos tenido mediocres.