Este domingo se cumplen 39 años del asesinato de abogados laboralistas en un despacho de la calle Atocha, de Madrid. Entre las víctimas estaba un abogado salmantino, Serafín Holgado, cuya memoria fue honrada este sábado por el PCE, IU y CCOO junto Alejandro Ruiz, herido en la matanza y en la actualidad único sobreviviente de los ocupantes del despacho.
Ruiz destacó durante su visita a Salamanca la «bonhomía y tranquilidad» de Serafín Holgado y reconoció que todavía hoy siento un «profundo golpe en el corazón» cuando se acerca el aniversario del atentado ultraderechista, cuyo autor intelectual no se buscó por parte de las autoridades judiciales de la época, por lo que Ruiz dijo que quizá aquella acción, junto a otras que se sucedieron en fechas próximas, podrían hacer pensar que formaban parte de «una trama para que se levantara el Ejército para parar la democracia».
El salmantino Serafín Holgado de Antonio fue asesinado la noche del 24 de enero de 1977, al ser atacado por un comando fascista el despacho de abogados del Partido Comunista España y de Comisiones Obreras, situado en el número 55 de la madrileña calle de Atocha.
Prácticas en el despacho
Serafín era «trabajador y metódico», según indica el PCE salmantino. Era hijo de Serafín, un trabajador ya jubilado de la Renfe, y de Pilar; tenía dos hermanos. Y una novia, estudiante de Filología. Le faltaba una asignatura, Derecho Mercantil, para terminar la carrera, cuando llegó a Madrid para hacer prácticas en el despacho.
Movido por su activa militancia comunista y convencido de que su actividad como futuro abogado podía ser un instrumento más en la lucha colectiva por una sociedad justa e igualitaria, se incorporó al despacho de Atocha donde encontraría la muerte junto a los abogados Enrique Valdevira Ibáñez, Luis Javier Benavides Orgaz, Francisco Javier Sauquillo Pérez del Arco y el auxiliar del despacho Ángel Rodríguez Leal. En el atentado también resultaron gravemente heridos Miguel Sarabia Gil, Luis Ramos Pardo, Alejandro Ruiz Huertas y Dolores González Ruiz, la cual perdió el hijo que estaba esperando.
A sangre fría
Los asesinos actuaron con una inhumana sangre fría. A las 22,30 horas del 24 de Enero de 1977 tres individuos armados penetraron en el portal número 55 de la calle Atocha y se ocultaron un poco más arriba de la planta tercera, donde se encontraba el despacho de los abogados del PCE y de Comisiones Obreras. A las 22,45 los tres asesinos llamaron al timbre del despacho y dos de los pistoleros entraron a empujones, uno empuñando una Browning 9 mm Parabelum y otro una Star de 9 mm, modelo Super. El tercer miembro del grupo se quedó en la puerta del despacho para vigilar si subía alguien por las escaleras.
El grupo de asesinos ultraderechistas compuesto por José Fernández Cerrá, Carlos García Juliá y Fernando Lerdo de Tejada, autodenominados Comando Hugo Sosa y vinculados a la Alianza Apostólica Anticomunista, huyeron tras la masacre, pero ni se molestaron en irse de Madrid, confiados en que les ampararían sus contactos con el poder y especialmente uno de los instigadores de su acción, Francisco Albadalejo Corredera, Jefe del Sindicato Vertical del Transporte.