La industria de la música es una de las que más cambios ha sufrido en los últimos diez años debido a internet, bien sea por el pirateo o por las descargas legales. La compra de CDs se ha visto sacudida y ha descendido de forma drástica a nivel global, pero en una ciudad pequeña como Salamanca las consecuencias han sido más notables. Hemos pasado de poder adquirir álbumes en 6 tiendas diferentes de música a solo poder recurrir a una, Long Play.
Long Play es la única que ha sobrevivido a la caída de las tiendas de discos en Salamanca, sin contar con las grandes superficies. María del Carmen Palacios, encargada de la tienda, explica que el mercado de discos en esta ciudad está “muy mal”, debido a que no se venden desde que los usuarios prefieren descargar música ilegal gratuita vía internet. “Buscamos la trampa en vez de lo bueno”, explica, “ya no hay ilusión por ir a comprar el CD nuevo”. Pese a que se han cerrado muchas de estas webs ilegales, eso no ha cambiado nada, pues los usuarios siguen buscando otras alternativas.
El declive del disco se ha venido produciendo desde el 2005 y ha traído consigo consecuencias que han hecho que el mercado musical se haya ido adaptando a los nuevos tiempos. Se han creado plataformas como Spotify o Apple Music que, pese a ser una salida para las casas discográficas, también le ha comido mercado a la venta del CD físico. Para muchos usuarios, la comodidad de obtener música en formato digital directamente en sus dispositivos ha podido con la costumbre de adquirir el álbum completo.
Reciclaje
Pero no todo es negativo. Todas las industrias se terminan adaptando a la modernidad y, en el caso de la música, hay otros productos de los que aún tiendas como Long Play pueden vivir. Las entradas de conciertos o el merchandising de nuestros grupos favoritos son los productos que más se venden. Además, los discos siguen siendo un buen regalo y “nos gusta tener uno original”, como explicaba María del Carmen Palacios, por lo que en Navidad consiguen más beneficios.
Renacer del vinilo
Otro de los productos cuya venta se mantiene es el clásico vinilo. En Long Play se vendieron numerosas unidades estas pasadas navidades y, para muchos, todavía existe la ceremonia de coger un vinilo, aunque este sea de segunda mano, tocarlo y escucharlo girar en el tocadiscos. Los verdaderos amantes de la música saben que este formato es el que mejor calidad de sonido ofrece.
Actualmente, el tipo de consumidor que acude habitualmente a comprar un álbum es una persona joven, fan de un grupo, que quiere tener el trabajo original. Lo que más se vende, curiosamente, no es la música comercial. Según la encargada de Long Play, lo más vendido estos días ha sido el trabajo póstumo de David Bowie, el álbum “21” de Adele o el indie español.
Texto y fotos: Paula Castro Morán
1 comentario en «La última tienda de discos de Salamanca»
Donde queda esta tienda?