Don Jerónimo, obispo soldado

Una estatua de Jerónimo de Perigord.

[dropcap type=»1″]A[/dropcap]lfonso VI conquistó Toledo, consolidó para los reinos cristianos la meseta alta peninsular y las tierras al norte del Tajo, y afianzó como zona segura Salamanca y su alfoz. Para que la repoblación fuera completa era necesario restablecer la mitra salmantina, y así se hizo con Jerónimo de Perigord, fraile cluniacense que vino a España acompañado de otros monjes de Cluny.

Don Jerónimo fue obispo de Valencia, lugar al que llegó acompañando en su aventura levantina al Cid Campeador, y fue llamado por Raimundo para ser consagrado obispo de Zamora y Salamanca. Los condes repobladores fueron muy generosos con la Iglesia salmantina donándole las aceñas para la pesca – todavía queda en pie, muy modificada, la aceña y pesquera del “Cabildo” en el parque de los Jerónimos- y los campos de cultivo ribereños del Tormes, en su margen izquierda. A su vez, don Raimundo encargó a la curia repoblar el barrio alrededor de Santa María y la restauración del templo dedicado a Nuestra Señora, que había funcionado como mezquita en los años de ocupación árabe. El nuevo obispo se puso manos a la obra construyendo la Catedral Vieja.

En el siglo X se formaron cabildos: comunidades de clérigos que vivían en comunión con su obispo en las catedrales.

[pull_quote_left]Don Jerónimo fue obispo de Valencia, lugar al que llegó acompañando en su aventura levantina al Cid Campeador, y fue llamado por Raimundo para ser consagrado obispo de Zamora y Salamanca.[/pull_quote_left]Compartían hábito, rezos, trabajo y mesa. Se trataba de formas de vida muy similar a las de los conventos. El cabildo salmantino comenzó su andadura en 1120 y en él, al igual que en todos los creados en las catedrales, los canónigos se distribuían las distintas dignidades. El deán era la cabeza, el lectoral el especialista en los textos sagrados y ayudante del obispo en sus predicaciones, el arcediano administraba los diezmos y el doctoral era el asesor en leyes del mitrado. El obispo Jerónimo murió antes de ver funcionar el cabildo salmantino.

Los cargos más poderosos y lucrativos en la Edad Media eran los arcedianatos: Alba, Ledesma, Medina y Salamanca. Estas dignidades administraban los caudales, fincas urbanas, fincas rústicas, joyas, muebles y ostentaban el poder económico, social y religioso de la ciudad y su alfoz.

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1 comentario en «Don Jerónimo, obispo soldado»

  1. Estimado Sr. Málaga, gracias por estos breves pero muy interesantes apuntes…que como siempre…el conocimiento de los hechos históricos nos puede proporcionar soluciones para nuestro mundo actual.

    Al igual que en aquella época, Ávila, Salamanca y Zamora tienen en la despoblación y el envejecimiento el mayor problema. Si no se resuelve este, cada año se irá extendiendo el desierto humano.

    Pero, tenemos solución…y se llama repoblación…si en cada pueblo menor de 500 habitantes somos capaces de implantar familias hasta un 10%…es decir pasar de 500 a 550, o de 200 a 220…estos pueblos podrían abrir escuelas, centros médicos, farmacias, comercios, bares…en fin, habría una regeneración económica como consecuencia de esta rehabilitación.

    Y de dónde podrían venir…es evidente que muchas personas actualmente huyen de la guerra y las miserias que provocan las guerras…y son capaces de morir en el mar con tal de salir de sus «ratoneras»…

    Y cómo financiarla: con ayudas de la UE, por ejemplo, para una familia de 4 personas, 1.000 euros al mes. Un miembro en edad de trabajar podrá realizar tareas de cuidado de bosques -muy importante para luchar contra el cambio climático- , otro cuidar de los mayores y los otros dos jóvenes aún, a la escuel..y siempre quedaría un 50% de la PAC que ahora va a parar a grandes terratenientes que no viven en los pueblos ni en las zonas rurales…

    ¿Fácil?…solo es cuestión de aunar voluntades…y Salamanca con sus Universidades podría ser el primer lugar dónde intentarlo…

    No hacer nada es dejar que esto vaya muriendo lentamente…

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