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El voluntariado, un pilar para las personas con cáncer

César Rodríguez Sánchez, Eva Mielgo, Inmaculada Rodríguez y Rosa Martín, voluntaria de AECC Salamanca.

Con motivo del Día Mundial Contra el Cáncer, que se conmemora este jueves, la Asociación Española Contra el Cáncer de Salamanca ha organizado una mesa de debate, bajo el título Por un enfoque integral. Acompañando a las personas con cáncer. El valor del voluntariado para una atención de calidad, en la que se expondrán distintas experiencias personales con el objetivo de resaltarel papel del voluntariado así como también exponer los diferentes puntos de vista de las personas implicadas en la atención integral del paciente durante sus estancias en el hospital.

 

Estamos ante una nueva realidad social marcada por el envejecimiento de la población, y con un número de pacientes oncológicos cada vez mayor. En España hay 29.637 enfermos de cáncer, mayores de 65 años, que viven solos. Los objetivos de la AECC son asegurar el voluntariado dentro de la atención integral al paciente y familiar, demandar equidad en el acceso a servicios de voluntariado, y ampliar el modelo de integración más allá de los hospitales permitiendo una mayor proximidad.

El valor del voluntariado

Ante esto, la labor de apoyo y acompañamiento que realizan los voluntarios de la asociación con estas personas es sumamente importante. En concreto, Salamanca cuenta con 221 voluntarios activos, de los que, 30 colaboran como voluntarios en el Hospital Clínico de Salamanca, ayudando a pacientes y familiares.

Rosa Martín es una de las voluntarias de la AECC en Salamanca que ayuda y apoya a las personas enfermas de cáncer. Empezó como voluntaria hace 15 años porque “tenía ganas de hacer algo durante mucho tiempo”.

Considera que el voluntariado “es importante a todos los niveles para mejorar la sociedad”.

Además, cuenta que, desde el punto de vista del voluntariado y las necesidades que necesitan los pacientes, “tratamos de que la vida de los pacientes y su estancia en el hospital sea lo más agradable ya que son muchas horas las que están en tratamiento. Les informamos y apoyamos en todo momento y les recordamos todo lo que desde la asociación podemos ofrecerles”, apunta.

La lucha del paciente

Desde el punto de vista del paciente, tanto el Oncólogo como el voluntariado ayudan mucho en todo el proceso y esto lo corrobora Eva Mielgo, una enfermera y paciente de 42 años que durante 7 años ha sufrido un cáncer de mama y que considera que la figura del voluntario es importante ya que “te hacen feliz, son los que te ayudan y apoyan en todo momento y, al final, acaban siendo como tu propia familia porque siempre están ahí con una palabra que necesitas, un abrazo o incluso una sonrisa”, explica.

Eva Mielgo señala que ahora mismo es voluntaria y que la enfermedad le ha cambiado la vida y le ha servido para “tener empatía con los pacientes en mi trabajo, ya que los entiendo más porque he estado al otro lado como ellos”, comenta.

“Cada vez más preparados”

Desde el punto de vista médico, César Rodríguez Sánchez, especialista en Oncología Médica del Hospital Universitario de Salamanca, ha explicado que la labor del voluntariado es esencial y tiene una relevancia indiscutible, pero “para ellos estamos en un momento de reto ya que tanto el cáncer como su tratamiento está cambiando. Los pacientes cada vez viven más, a veces tienen problemas a largo plazo y por eso necesitamos voluntarios cada vez más preparados que conozcan la enfermedad o los nuevos tratamientos por los que pasan los pacientes”, señala.

Finalmente, el especialista en Oncología Médica ha comentado que, ahora mismo, el cáncer significa “todo lo que nos imaginemos” ya que, en algunos pacientes, puede ser un mal trago con unas probabilidades muy altas de curación. Aunque también sigue habiendo muchas personas que mueren porque el cáncer ya está muy avanzado. “Ahora tenemos dos situaciones nuevas, la primera se trata pacientes que, sin llegar a estar curados, tienen supervivencias muy prolongadas con tratamientos que codifican la enfermedad y hacen una vida completamente normal y la segunda se trata de pacientes que se curan pero con determinadas secuelas o problemas que van a acarrear durante el resto de su vida y que también necesitan un soporte determinado”, matiza.

Texto y fotos Pilar Herrero Zazo

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