La vida en comunidad en la catedral salmantina

El claustro dela catedral vieja.

[dropcap type=»1″]E[/dropcap]l claustro de la Catedral Vieja, desde que se construyó en el siglo XII, era el lugar de convivencia de los canónigos con su obispo. Los clérigos y el prelado rezaban en silencio dando vueltas al mismo, protegidos de las inclemencias del tiempo. Al deambulatorio claustral se abrían, como en la actualidad, las capillas en las que se realizaban oficios religiosos, se impartían clases, se enseñaba canto y música, y el cabildo se reunía en capítulo.

El claustro fue construido en el solar resultante del derribo de un conjunto de casas propiedad del cabildo, a las que se añadieron otras viviendas cedidas por Micael Domínguez que fueron destinadas a edificar las residencias de los canónigos.

[pull_quote_left]Las donaciones se hacían a cambio de una sepultura en la catedral, en el claustro o en alguna de las capillas del complejo catedralicio[/pull_quote_left]El Cabildo recibía múltiples donaciones: dinero, bienes urbanos en la capital y en los pueblos del obispado, y fincas rústicas repartidas por todo el territorio de la diócesis. Las donaciones se hacían a cambio de una sepultura en la catedral, en el claustro o en alguna de las capillas del complejo catedralicio. Las familias poderosas, las dignidades religiosas, los miembros de la familia real o de la corte se hacían en vida, pagando con dinero o en especie, con un espacio para su enterramiento con la dignidad merecida al linaje que ostentaban.

Algunas familias adineradas aportaban sus rentas en vida para tener acceso a la mesa del cabildo, y unos pocos se hospedaban en la Alberguería de la Catedral, asilo que acogía también a peregrinos que se dirigían a Santiago por el Camino Sur o Mozárabe, el mismo que coincidía con la calzada romana de la Plata, camino que comunicaba de norte a sur Santiago de Compostela con Mérida. Los canónigos y el obispo vivían en casas propiedad de la catedral, en las cercanías de la misma. En algunas de ellas todavía se conservan dinteles con las inscripciones de pertenencia al cabildo de la catedral o a alguna de sus capillas.

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