Decenas de personas participaron este domingo en el acto convocado por Electra Teatro para defender a los titiriteros detenidos en Madrid y la libertad de expresión.
Durante el comunicado que se leyó en el ágora se hizo hincapié en lo que todo el mundo sabe, pero que fue convenientemente manipulado para convertir una escena de una obra de teatro de títeres de cachiporra en un acto de enaltecimiento del terrorismo.
Esa escena formaba parte de un relato en el que se denunciaba cómo el aparato del Estado puede fabricar pruebas falsas para inculpar a alguien. Pero al final, lo que ha ocurrido es que esa prueba falsa de la ficción ha servido para detener a los propios titiriteros, a quienes se acusa, precisamente, de aquello de lo que se quería imputar fraudulentamente a un personaje de la obra. La realidad, una vez más, dio la razón a la ficción.
Los convocantes dijeron que “el único debate que puede haber es sobre la idoneidad del público al que fue destinada la obra. La responsabilidad es del programador y no de los artistas”, recalcaron, porque estos últimos ya habían avisado de que no era una obra parta niños.
Aseguran que el caso de los titiriteros “ha sido una tergiversación del contenido de la obra para acusarles de enaltecimiento de terrorismo”, por lo que piden la retirada de los cargos que se les imputan en una “desmesurada” actuación judicial.
“La libertad de expresión sirve para escuchar cosas que no gustan. La libertad de expresión es de todos y no de unos pocos, porque eso sería otra cosa”, dijeron.
Al alacto acudieron representantes de la cultura, de Ganemos, Podemos, y Amnistía Internacional.