Agentes de la Policía Nacional de Salamanca han detenido a una joven, con las iniciales L.P.G., de 20 años, como presunta autora de un delito de amenazas graves, resistencia, desobediencia a agentes de la autoridad.
Sobre las 20:25 horas del jueves, los policías acudieron a una vivienda de la calle Miguel de Unamuno donde, al parecer, una mujer tenía problemas con su sobrina, que estaba muy violenta y temía que la agrediera en cualquier momento.
Las víctimas, una mujer de 65 años y su hija de 35, dijeron a los agentes que su nieta y sobrina, respectivamente, se presentó en su domicilio pidiéndoles dinero, amenazando y atemorizando, principalmente, a su abuela. Al parecer, no era la primera vez que ocurría esto.
La joven podría ser adicta al juego y su única motivación es tener dinero para gastarlo.
En alguna ocasión llegó a agredir a la tía, como hizo este mismo jueves, ocasionándole laceraciones en el pecho y otras lesiones superficiales, lo cual hizo que avisaran a la Policía.
Los agentes solicitaron la documentación a la chica, pero ella se negó «de manera reiterativa a entregarla, al tiempo que dando voces manifestaba textualmente: ‘No la tengo, pero si la tuviera no os la daría y menos a vosotros’”.
Entonces su tía quiso darle sus datos a la Policía, pero le amenazó diciendo: “Como me denuncies te vas a enterar, te espero en la calle y te quemo la casa”.
En el salón
La abuela y la tía pidieron a la joven que abandonara la vivienda, pero ella se quedó en el salón y se negó a marcharse.
Los policías trataron de convencerla y le informaron de que podría estar incurriendo en un delito por mantenerse en el piso en contra de la voluntad de sus dueños, pero hizo caso omiso y les espetó que “de aquí no me voy, no me da la gana, antes me tenéis que llevar detenida para que yo me marche, que me dejéis en paz y os vayáis a tomar por culo. Como me metáis mano os denuncio”, acercando el rostro a escasos centímetros de sus caras.
En un momento dado, se dirigió a uno de los agentes y levantando las manos, le dijo textualmente: «Me cago en tu puta madre”.
Al observar tanta agresividad, los policías «se vieron obligados a ejercer la fuerza mínima pero necesaria para su detención, informándole de los motivos de la misma y de los derechos que le asisten en conformidad con lo dispuesto en la legislación vigente, siendo conducida hasta dependencias policiales donde, después de serle reiterados sus derechos por escrito, quedó ingresada en los calabozos«, explica la Policía.
La detenida carece de antecedentes por hechos similares.
