Rajoy, de cañas por Salamanca

Mariano Rajoy de cañas en un bar próximo a la Plaza, en su visita del pasado mes de marzo.

Tardamos aproximadamente tres horas en conocer con exactitud el verdadero motivo de la nueva visita, la tercera en un año, que Mariano Rajoy realizó a Salamanca.

 

Vino antes de las municipales y el PP se dio un batacazo; inició la precampaña de las generales en Béjar, y se dio otro batacazo. Y este sábado inició algo parecido a una precampaña por si en junio volvemos a votar. Podría acabar cogiéndonos ojeriza.

Una vez aquí, recibió la habitual dosis de  jabón de los políticos locales. El acogimiento cálido de los alcaldes de los pueblos, y el de los cargos y simpatizantes del PP provincial que llenaron la sala B del Palacio de Congresos. Eso sí es amor y no los piquitos de la izquierda en el Congreso.

Jugaba en casa y estaba a gusto. Defendió a ultranza las diputaciones (como agradecimiento a tanta hospitalidad, incluso firmó en el libro de honor de la salmantina), que parece que solo convencen al PP. Nos vino a decir que ‘ya lo decía yo’, que Pedro Sánchez no iba a llegar a pájaros nuevos, y que su intento de investidura “era una pérdida de tiempo” porque no salían las cuentas. Por eso él le dio calabazas al Rey, y no por otra cosa de malpensados.

Vamos, que todo seguía igual tras el 20D y que todo debía seguir siéndolo, con el PP al frente, aunque se haya quedado sin amiguitos en el recreo y los necesite para que todo siga casi como antes del 20D.

En realidad, nada nuevo. Podía haber venido para probar el tren de velocidad alta en el que se desplazó desde Madrid, pero tampoco, porque los ha visto mejores.

Se le vio disfrutar realmente cuando se acabaron los discursos y se fue de cañas con sus amigotes de partido (mientras nadie diga lo contrario). Y visitó la Plaza Mayor, aunque le mola menos que la de Santiago, y se hizo selfies, y se dejó querer, no como la otra vez que vino a la capital y lo metieron en un hotel del extrarradio y desde allí, al coche oficial. Esta vez se sintió gratamente recibido.

Ahora, por lo menos, se lleva la imagen de la plaza y las cañitas en algunos bares de su entorno. Y eso que a alguien se le ocurrió pedir jeta como aperitivo. Qué poco apropiado. Pese a todo, la visita mereció la pena. Se le vio tranquilo, relajado y hasta podría decirse que aliviado. Como si estuviera en su casa, como si fuera una despedida.

GALERÍA DE FOTOS DE LA VISITA, AQUÍ

8 comentarios en «Rajoy, de cañas por Salamanca»

  1. Pues si este hombre, suele estar rodeado de corruptos y ladrones, ya tenemos la confirmación de unos cuantos de por aquí… A ver si los jueces y fiscales se ponen a ello.

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  2. No hace falta que venga Salamanca,excepto que lo haga para tomar cañas o a defenestrar a Mañueco y a Iglesias.Por lo demás sobra.

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  3. Después de haber hecho su trabajo, cada uno emplea su tiempo libre en lo que quiera….ir de cañas, al balneario o simplemente pasear y hacer turismo, con sus amigos o colegas, pata conocer algo más nuestra bonita ciudad.
    No busquen 3 pies al gato.
    Mejor un príncipe azul que mil corderos con traje de lobo morado.

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  4. A perro flaco todo son pulgas… Se cae el techo del bar en donde no se tiene que caer.
    Asi va Castilla y León como la comunidad más tercermundista, con esta jarca de políticos de clase e «Impopulares».

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  5. Por cierto, Señoras y Señores del PP en Salamanca, les dijo algo sobre el VIII Centenario de la Universidad o piensan seguir «jibarizándola».

    Bienvenidos a Salamanca todas las mujeres y hombres de buena voluntad…pero algunos debieran traer algo bajo el brazo y si no lo traen, a los postres hay que pedírselo que el Sr. Rajoy aún es Presidente en Funciones…quizás se vive mejor que cuando uno es solo Presidente.

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  6. Descubrimos q rajoy es humano y tmbien come.
    Necesitais poco para humillar a alguien.
    Tendra q dejarse ver.
    Eso demuestra q no oculta nada…
    Y no se averguenza de nada
    Mucho Animo…..

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