Si Lázaro de Tormes o Rinconete y Cortadillo levantaran la cabeza verían como otros con más títulos que ellos les habían rispiado su trabajo, tanto en España como en Europa, que la pillería y la corrupción no tienen nación.
El Programa Horizonte 2020 de la UE destina 80.000 millones de euros del 2014 al 2020 para financiar la investigación y la Innovación, pero los investigadores y los emprendedores se preguntan dónde está ese dinero que nunca les llega.
Dentro de España, la nueva Ley de Formación Profesional para el empleo pone también miles de millones de euros pero las pymes y los autónomos se preguntan dónde está el dinero que no aparece.
La Ley contra la violencia de género pone igualmente mucho dinero pero las personas que soportan su particular infierno no están protegidas.
Le Ley de memoria histórica también tiene su apartado económico pero los asesinados siguen tumbados en las cunetas o en los montes cercanos.
Y así seguiríamos hasta el infinito. El dinero no llega donde se necesita.
Pero el dinero no desaparece, simplemente se van quedando por el “camino”. Un 30% para la burocracia, otro 30% para los “lobbies”-“grupos de presión o cabildeo”-, 30% para esas organizaciones “sin ánimo de lucro” vinculadas a Partidos Políticos e Instituciones Raras, total que solo queda el 10% para sus legítimos destinatarios.
En resumen, si es usted investigador o innovador no espere recibir esos fondos públicos que tanto se publicitan y nunca llegan. El esfuerzo inútil produce melancolía.