Descubierto el primer fraude del ibérico

Un agente en el secadero de jamones.

La Guardia Civil de Salamanca ha detenido al propietario de una explotación de porcino y ha leído los derechos como investigados a un veterinario y a una empleada de una empresa certificadora, por participar en una fraude en el sector ibérico.

 

El Seprona tuvo sospechas de que se estaban produciendo estas prácticas fraudulentas y puso en marcha hace tres meses la operación ‘Suido’, a lo largo de la cual se han realizado inspecciones en diversos establecimientos del sector ganadero, mataderos y centros de recogida de material genético de las provincias de Badajoz y Zamora.

Los agentes han probado la participación en los hechos de tres personas y han detenido al representante de la explotación ganadera, un individuo de 49 años y residente en Guijuelo, como autor de los presuntos delitos de estafa relativo al mercado y a los consumidores, contra la propiedad Industrial y falsificación de documento, y le han leído los derechos en calidad de investigados como autores de un delito de falsificación de documento a un veterinario de 41 años y a una trabajadora de la empresa certificadora de 35 años de edad.

Raza desconocida

Gracias a la investigación se pudo determinar que los hechos se producían desde octubre de 2014. Los lechones que nacían en la explotación eran certificados como animales de pureza racial ibérica, mediante la documentación falsa que presentaba el propietario de la explotación. Eso permitía vender los productos obtenidos tras el sacrificio de los animales a diferentes Denominaciones de Origen, incumpliendo con ello la norma del Ibérico.

Lechones certificados como ibéricos sin serlo.
Lechones certificados como ibéricos sin serlo.

El modus operandi empleado era hacer pasar hasta un total de 1.421 lechones, de procedencia y pureza racial desconocidas o no ibéricas, como piezas ibéricas puras certificadas por la empresa certificadora según la documentación aportada por el propio ganadero para aumentar su valor, subcontratando el sacrificio de los animales a distintos mataderos, para que otra empresa relacionada con el grupo responsable de la explotación, llevara a cabo la venta de los productos del sacrificio a las Denominaciones de Origen.

Como consecuencia de la investigación e identificados los supuestos responsables, los miembros del Seprona pudieron seguir la trazabilidad de las matanzas de estos animales fraudulentos con el fin de inmovilizar los productos fraudulentamente certificados.

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