[dropcap]C[/dropcap]omo buen cómico, Miguelillo El Mago, tiene una vena dramática igual de excepcional. En esta conversación, Miguelillo ofrece su visión de la cultura, las relaciones humanas y la magia del mundo
¿Estamos predispuestos para que nos engañen?
No sé si predispuestos es la palabra exacta, pero sí que estamos habituados. Creo que es más duro darnos cuenta de que nos están engañando y poner los medios para que esto no suceda. Emocionalmente es más económico dejarnos engañar. Ahora tenemos un ejemplo con la clase política española, no hablo de colores e ideologías, hablo en general y eso que no me gusta generalizar, es verdad que hay como dos bandos, nosotros y la clase política que nos quiere, nos trata o nos dejamos tratar como ilusos y eso, crea varios tipos de respuestas, la de rabia y la de resignación.
¿En qué ocasiones le gustaría a Miguelillo sacar un conejo de la chistera?
No los utilizo, porque estoy en contra del uso de los animales para el disfrute de las personas, no tanto para la alimentación, aunque ahí tendríamos mucho de qué hablar…
De esa chistera, metafóricamente hablando…
Hace unos días vi un vídeo en Facebook de un periodista de guerra que está en Siria y se ve a un niño de 9 años con su hermano de tres años en sus brazos. Va caminando por una carretera y vienen un montón de tanques. Él con su hermano en brazos se esconde detrás de una piedra mientras pasan los tanques. Ahí me gustaría sacar un conejo de la chistera y traerme a este niños a este mal llamado primer mundo. He tenido la oportunidad de viajar a muchos países en conflicto, no tanto de guerra como sí de catástrofes naturales, como en Haití, y he visto muchas cosas de éstas. En esos momentos, me gustaría poder sacar un conejo de la chistera. Lamentablemente, no puedo.
¿Pertenece a Magos sin Fronteras o a Payasos sin Fronteras?
No. Desde hace mucho tiempo trabajo de manera individual. Antes pertenecía a la Fundación de Abracadabra, ahora colaboró con todas y con ninguna. Cuando me llama Payasos y me interesa el proyecto, voy. Pero, es que Payasos sin Fronteras y Magos sin Fronteras son asociaciones muy grandes. Por eso, prefiero trabajar en proyectos donde no llega nadie. Trabajo bastante con Cruz Roja Internacional porque te facilitan mucho las cosas. Antes cuando era más jovencillo me daba más igual, pero ahora me gusta saber dónde voy. Antes casi iba y me ayudaba yo de todo lo que aprendía, ahora quiero ir a un proyecto muy concreto y sacar adelante lo que corresponda.
Los artistas hacen verdaderos trucos de magia con los presupuestos. ¿Qué habría que cambiar para que la política apostara por la cultura?
Voy a contar una cosa que me ha llamado mucho la atención. Una compañía de teatro profesional en Madrid puso a la venta sus entradas de ésta manera: las regalaba comprando una revista pornográfica, como el porno en este país tributa a un 7%, consiguieron que sus entradas en lugar de tributar al 21%, lo hicieran al 7%. Creo que el acceso a la cultura debería ser libre, gratuito y llegar a todo el mundo. También digo que antes que un Ayuntamiento me pague por actuar en su pueblo, tenga las calles arregladas, que las alcantarillas estén bien,… pero la cultura es un concepto más amplio que el que tenemos aquí de ir a ver una actuación de una persona. La verdad es que no se debería hacer negocio desde la clase política con algunas facetas de la cultura. El teatro comercial, los cuenta cuentos para los niños, el circo,… creo que debería tributar de otra manera. No puede tributar lo mismo una obra de teatro que un yate o un coche de altísima gama. Entiendo, quizá sea demagogia, que el que más gane es el que más debería de pagar.
El mundo del espectáculo es muy duro. ¿Existe algún truco para conseguir el éxito?
Sí, eso sí que lo tengo claro. El éxito es un concepto muy efímero y sensible. A mí me pasa muchas veces, no es falso ego, ni falsa modestia, que al concluir un espectáculo me pregunten si soy de Madrid o Barcelona. Le digo que soy de Zamora o Salamanca, como quieras verlo, porque he estado en las dos ciudades. Y me dicen: Pues, con lo bien que lo haces, a ver cuando te vemos triunfar. Y un día me tomé la molestia de explicarle que yo me levanto por la mañana feliz y contento de dedicarme a lo que me dedico, que venga a un pueblo como el suyo, donde 50, 70 o 1.000 personas me ven y se ríen conmigo y durante una hora desconectan de sus problemas. Eso para mí es triunfar. Si te refieres a cuándo voy a ir a televisión, no lo sé porque no tengo puesto mi foco ahí. Por eso, en mi vida no tengo frustraciones. No me planteo proyecto inalcanzables.
Por curiosidad. ¿Cómo se prepara físicamente para sus actuaciones?
La preparación física la tengo muy presente desde hace mucho tiempo. Los que trabajamos cara al público debemos tener un físico más o menos aceptable, no me refiero a estética, más bien a fuerza, a energía… Y para mí, el deporte es fundamental. Corro y hago una tabla de ejercicios en casa para sentirme tonificado y concentrado, sobre todo en verano que encadeno viajes y actuaciones. Por ello, necesito tener esa chispita interior que se consigue con la meditación y el deporte. La combinación de ambas cosas es excepcional.
¿Qué papel juega la improvisación en un espectáculo?
Para mí es el 80%. En el espectáculo hay una parte que hacemos las mismas bromas, pero luego todo puede cambiar. Cuando la obra es cerrada, es en el teatro y tiene dramaturgia es más complicado salirse porque pierdes a los compañeros o ellos a ti, pero cuando trabajas en el contexto de la magia de calle, es otra cosa. El otro día actúe en el colegio de Ingenieros y la media de edad superaba los 60 años. Tenía preparado otra serie de cosas y me tocó improvisar. No obstante, a mí me gusta mucho improvisar. Cuando abro la maleta tengo seis u ocho actuaciones, pero luego puede pasar de todo, dependiendo del público que tenga delante. Creo que los artistas debemos estar abiertos a esto, porque cuando las personas sienten que ha sucedido algo que es único e irrepetible, el público lo agradece y se produce una conexión total con ellos que es la base de cualquier espectáculo.
Magia y coach, ¿Qué se aportan?
El coaching es un proceso mágico porque nos hace ver cosas que parecen imposibles, posibles. Gracias al coaching todos conseguimos conectar con ese yo interior que tenemos, que es el que nos permite ver las cosas inalcanzables como alcanzables. Evidentemente, la magia es un recurso para muchas cosas y dentro del coaching se puede aplicar. Son dos artes complementarios. El coaching consigue tocar las emociones y te hace espabilar, porque todos tenemos los recursos para conseguir lo que queremos, sólo hay que querer. La magia pasa igual, sólo tienes que querer creer en ella. Puedes ir a un espectáculo de magia a intentar pillar los trucos al mago o a dejarte llevar por el espectáculo. Si eliges lo segundo, al final vas a ver cosas que parecen imposible, pero estás viendo que suceden. Cuando conoces a una persona que ha hecho un proceso de coaching y conoces su inicio y su final, es magia.
La risa, ¿qué antídoto es?
Es un antídoto contra el estrés, la ansiedad, la depresión,… porque nos hace estar presentes. Hay dos sentimientos en el ser humano que son completamente inútiles. Uno es la culpa, que hace referencia a un pasado y otra es la preocupación, que hace referencia a un futuro. En la culpa nunca hay risas y en la preocupación tampoco. Cuando una persona se ríe sólo significa que está vivo y que está en el aquí y en el ahora.
Para finalizar. ¿Su mejor truco de magia es hacer desaparecer las croquetas de su abuela?
(Carcajada) Es uno de ellos. Mi abuela hace unas croquetas maravillosas, sobre todo las de jamón, esas desaparecen en un momento.