El rojo y la Semana Santa

El Papa Francisco comienza postrado en el inicio de los oficios del Viernes Santo.

 

Semanasanteando[dropcap]A[/dropcap]l rojo vivo está ya la Semana Santa. Y es el rojo, precisamente, un color que se inclina a ambos lados de la balanza durante las celebraciones semanasanteras. ¿Rojo sí o rojo no? Depende. La simbología de esta apasionada tonalidad o la lleva a la prohibición y el castigo o la instala en las casullas de los sacerdotes. Ahora mismo te lo cuento

 

Casullas rojas en pintura medieval.
Casullas rojas en pintura medieval.

Entre lo prohibido durante los días de Pasión figura el color rojo. «No vestir de rojo» por tratarse del tono diablesco aparecía al lado de no comer carne, no tener sexo, no jugar, no beber, no salir de casa. En ciudades como Alicante, la iglesia católica recordó hace bien poco esta tradición de siglos, impidiendo que las mujeres (manolas) que acompañan los pasos procesionales vestidas de negro y con mantilla lucieran escotes… y labios rojos, así como cualquier tipo de rojez cromática asomando por algún lado de su indumentaria o cuerpo.

El rojo simbolizando lo denigrado y demonizado llega hasta la figura de Judas, que se representa vestido de rojo en tradiciones populares como la mallorquina. En Mallorca era común ‘quemar al Judas’, que se colgaba en mitad de la calle de una cuerda suspendida entre dos balcones; el muñeco tenía un obligado aspecto repulsivo, confeccionado de trapos y con el rojo dominando en su vestimenta.

Harvey Keitel, en 'La ultima tentación de Cristo'
Harvey Keitel, en ‘La ultima tentación de Cristo’

Un Judas mallorquín debía no olvidar nunca otro detalle importante: tenía que ser pelirrojo. Lo pelirrojo, el rojo asociado al apóstol denostado, ha aparecido hasta en el cine: Martin Scorsese en «La última tentanción de Cristo» nos obsequió con un Harvey Keitel/Judas con barba y cabellos completamente rojizos.

Pero… el rojo tiene, como decía al inicio del artículo, su otro claro, clarísimo lado de la balanza. Y aquí hay que detenerse en la ornamentación litúrgica católica de estos días de Pasión, tan apasionantes y apasionados.

Los sacerdotes, en honor a la realeza de Cristo (por un lado) y a su sangre derramada (por otro) visten con casullas rojas el Domingo de Ramos -recordando la entrada de Jesús en Jerusalem- y, también, el Viernes Santo. El rojo es el color obligatorio en la curia durante la exequias funerales de los cardenales y los papas y el rojo es el color de la llama del Espíritu Santo en Pentecostés.

De un lado u otro, lo que queda claro es que, si es rojo, encender, enciende.

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