Opinión

¡Adjudicado!

 

[dropcap]I[/dropcap]magina que participas en el siguiente juego; se subastará un billete de 500 euros. Únicamente se deben aceptar dos sencillas condiciones.

  1. El billete será para aquella persona que ofrezca el valor más alto y siempre habrá que pagar la cantidad ofrecida.
  2. Quien ofrezca el segundo precio más alto también deberá abonar esa cantidad aunque no llegará a obtener nada a cambio de este pago. Sólo disponemos de un billete oiga.

Date un ratito para pensar la respuesta a las dos preguntas que te propongo a continuación antes de seguir avanzando en la lectura.

Comienzas tú. ¿Qué cantidad ofrecerías en tu primera puja?

¿Hasta qué límite ves lógico llegar?

¿Ya? Grábatelo bien y prosigue.

Te acabo de proponer un juego (con licencias artísticas claro) diseñado por el economista Martin Shubik que juega con las elecciones racionales, las irracionales y los impulsos: La subasta de un dólar.

Paradójicamente puede llegar un momento en que te interese ofrecer más de esos 500 euros. Incluso 998 (los señores de la subasta no aceptan céntimos, así se las gastan) podría convertirse en una cantidad aceptable  ¿Qué te parece?

La condición de que las dos pujas más altas deban ser abonadas condiciona ¿verdad? Quedar en segundo lugar te garantiza perder todo el dinero que hayas ofrecido, insisto, sin llevarte nada a cambio, por lo que subir hasta 501 euros y ganar supondría perder sólo un euro, llegados a ese punto en el que ya hemos pujado… Qué paradoja, ganar para sólo perder menos…

La explicación del juego es explícita mencionando que no existe ningún equilibrio. En un punto el objetivo sufre una metamorfosis. En lugar de ganar lo máximo posible se tratará de limitar las pérdidas. El ganador podría ser quien pierda un euro menos. ¿Quién gana entonces si los dos participantes pierden después de tanta lucha por un euro? Por supuesto la banca. Obvio.

El juego en sí invita sólo a ganar pero no sé por qué me da en la nariz que todos tendemos a interpretar que se trata de ganar, sí, pero también a alguien. Al final ese factor competitivo kamikaze puede venirnos de fábrica o haberlo aprendido por el camino sin querer…

¿Se te pasó por la cabeza hablar con los otros jugadores para saltar la banca y repartir los beneficios?

Competir te puede permitir vencer, grandes viandas para el ego. Colaborar puede generarte 497 euros.

Como la vida misma.

Más información en: moveyourself-coaching.com

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