En plena era de los recortes España ha disparado su déficit público por un aumento del gasto, sobre todo de las autonomías. Aunque el dinero gastado en exceso no se vea por ningún lado, el caso es que el año pasado se cerró con un déficit público del 5,16% por ciento del PIB (unos 56.000 millones de euros), un punto por encima de las exigencias de la UE, que pidieron a España en el plan de ajuste dejarlo en el 4,2% al finalizar el año 2015.
El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, responsabilizo del aumento del gasto a las comunidades autónomas, por los tratamientos para la hepatitis C, y a la Seguridad Social, ya que el estado y los ayuntamientos cumplieron con los requisitos de austeridad.
Castilla y León cerró con un déficit del 1,33% del PIB cuando el límite máximo para las regiones era del 0,7% dell PIB regional, pero ninguna lo respetó. Las más incumplidoras fueron Cataluña (2,7%), Extremadura (2,64%) y Murcia, Valencia y Aragón, todas ellas por encima del 2%.
Ajustes
Al dispararse el gasto de las autonomías en año electoral, el incumplimiento del objetivo del déficit (debía cerrarse 2015 con un déficit equivalente al 4,2% del PIB) en un punto deja un agujero de 10.800 millones de euros, cantidad a la que habría que sumar otros 4.000 millones correspondientes a la reducción del déficit en este año para cerrar 2016 con un déficit equivalente al 2,8% del PIB nacional.
En total, si la UE se pone dura, el próximo gobierno tendría que realizar un ajuste (recorte del gasto) de casi 15.000 millones de euros este año para contentar a las autoridades europeas que nos pusieron este requisito de austeridad dentro de los compromisos del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, para garantizar que los países el euro sanean sus cuentas con el objetivo puesto en el déficit cero. Si un país incumple los objetivos anuales puede ser sancionado y eso acaba traduciéndose en más recortes.




















