Año 1973. El destape. No hablamos de un hito histórico o de una efeméride y sí más bien de esa corriente cinematográfica única en su género que agrupó a directores, productores y actores entorno a películas donde, en aquella España de las postrimerías de Franco, el erotismo se colaba por la gran pantalla.
Aquí, en Salamanca, tuvimos nuestro particular modo de vivir un rodaje ‘destapao’. Y fue con José Luis López Vázquez (ese actor, ese hombre) y las piernas larguísimas con minifalda roja y sandalias blancas de taconazo que se plantó la modelo Lana Persson en pleno centro de la ciudad. Si aguantan el atragantón, allá vamos.
Ya hay que tener valor (y un poco de mala leche, todo hay que decirlo) para utilizar de ‘extras’ a los mayores de una residencia de la tercera edad en la escena de la minifalda de Lana Persson por la hoy Plaza de la Libertad, en aquel entonces (agosto de 1973), Onésimo Redondo. Y redondo debió quedarle el plano (o los planos, en este caso) al equipo de Ramón Fernández, producido por José Frade.
La Persson rubia, muy rubia, con su caniche, sus sandalias blancas de taconazo, su camiseta (blanca también) hiperceñidísima y su minifalda roja al viento ante las miradas atónitas de esos señores entrados en edad. A alguno debió subirle la tensión
En fin… que José Luis López Vázquez, a todo esto, interpretaba a Carlos, un profesor de Universidad (de la de Salamanca, claro) recto, respetado, serio, formal… y más salido que el pico de una plancha. Por el Casino, el Corrillo, la Plaza Mayor, el Ayuntamiento, la calle Zamora, las Conchas… paseó Carlos/José Luis sus ardores ante los shorts de las estudiantes, las minifaldas y el creciente desparpajo de una España que se abría y se abría y se abría.
El rodaje -lo recuerda el periodista Ignacio Francia en su «Salamanca de Cine», editado por Caja Duero- se desarrolló entre el 6 y el 10 de agosto de 1973 con unos calores (del termómetro, en este caso) de padre y muy señor mío. Hasta en el cementerio se rodaron planos. ¿Ahí? Sí: ahí.
Y fue con Queta Claver, la que decían sucesora de Celia Gámez, una de las grandes entonces del género de ‘la Revista’, con unos impresionantes ojos verdes, mucha planta, desparpajo, salero… y un bailarín como pareja llamado Paco de Alba. Vamos, que la película lo tenía todo. Dice esto Nacho Francia:
«Paco de Alba, que la acompañaba en Salamanca y que -en apunte anecdótico de «malicia» local- fue quien arrasó entre las mujeres salmantinas aquella tarde»
«Doctor, me gustan las mujeres, ¿es grave?» debió agravar (y mucho) el anecdotario salmantino. La película hizo buen resultado en taquilla y fue sólo una más del género.
Por cierto, que poco más de un mes después, en septiembre y durante las Ferias y Fiestas, toreó en Salamanca Luis Miguel Dominguín con Jose Mari Manzanares y Julio Robles un viernes 14 de septiembre. En 1973, Dominguín (que cautivó el corazón y el destape de Ava Gardner o Lauren Bacall) se retiró de los toros definitivamente.
Fue, como en el caso de las piernas de Lana Persson, la última oportunidad de verle/verlas en plan torero por aquí.
1 comentario en «López Vázquez y el cine del destape en Salamanca»
Salamanca desde Basilio Martín Patino es una ciudad de cine y esta podría ser nuestra gran industria.
Por ejemplo, dedicando uno de nuestros Polígonos Industriales solo a la industria del cine, de la animación, de la creación de software para todo tipo de Artes…
E iniciarlo celebrando la próxima entrega de los Goya o la siguiente o la siguiente en Salamanca para complementarlo con la celebración del VIII Centenario.
Nos lo merecemos y las empresas que montan estos espectáculos se beneficiarían de las bonificaciones fiscales del VIII Centenario.
Para la celebración de los Goya, simplemente pedirlo por carta con la firma del Sr. Alcalde y el Sr. Rector. Para lo del polígono industrial…dentro del gran pacto social que Salamanca está pidiendo a gritos.
¿Posible?…todo es posible…si se intenta…si no se hace nada, los resultados serán «x»…ustedes mismos pueden despejarla para eso se inventó el «álgebra»…