Una iglesia desgraciadamente desaparecida

[dropcap]L[/dropcap]a iglesia de San Justo y Pastor estaba situada en el territorio de los Bregancianos y es citada en el fuero de Salamanca como San Yuste. En el templo tuvieron sus sepulcros familias nobles como la de los señores de Fuente Roble de Encina y la de los Enríquez, señores de Lagunasrubias. La iglesia contaba con tres beneficios y varias capellanías.

El templo estaba bajo la advocación de los hermanos Justo y Pastor, martirizados en la persecución de Diocleciano. Se declararon discípulos de Jesucristo ante el procónsul Daciano, y éste los mandó degollar a pesar de su corta edad: siete y nueve años respectivamente. Son conocidos en el santoral católico como los Santos Niños. En el lugar donde fueron ejecutados se erigió un templo para venerar sus restos. San Urbicio los mandó trasladar a Huesca, a la iglesia de San Pedro el Viejo.

Tras la invasión árabe fueron enviados a Burdeos, en Francia. En 1568 los restos se repartieron entre Alcalá y Huesca. San Justo es invocado para pedir salud. A los Santos Niños está dedicada la catedral de Alcalá de Henares.

El obispo Cámara restauró parcialmente la iglesia que se encontraba en ruinas desde finales del siglo XIX. Años más tarde, el obispado llegó a un acuerdo con el Ayuntamiento para permutar los solares resultantes del derribo de San Justo y Santa Eulalia para convertirlos en plazas. A cambio de los citados terrenos, el consistorio entregó a la diócesis propiedades situadas entre Calatrava y la muralla, y solares en los que se construiría la iglesia de San Juan de Sahagún, en la calle Toro.

La portada de la iglesia fue fotografiada por J. Laurent, y algunos de los elementos de su interior fueron guardados para su conservación, pero se desconoce su paradero. Algunas de las casas que rodeaban la iglesia fueron obra del arquitecto Joaquín de Vargas, pero no han llegado a nuestros días tal como fueron construidas. Unas desaparecieron, y otras, solamente conservaron la fachada.

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