Ya está en Salamanca Still Star Crossed, la secuela de Romeo y Julieta que rodarán aquí las cámaras americanas para la cadena ABC. Sólo tienes que pasar por la calle Compañía para comprobar que en Verona no existía el enlosetado en aquel 1.400 y pico y sí un suelo de arena de varios centímetros de grosor adornado con los correspondientes charcos de lluvia.
Esta calle, Compañía, es una de las más buscadas por las cámaras de cine en la capital salmantina. Dos grandes realizadores la filmaron en momentos destacados de importantes películas. Vamos con ellos.
23, 24 y 25 de noviembre de 2005. El equipo de Milos Forman se detiene en Salamanca para la grabación de varias tomas de Los fantasmas de Goya, película protagonizada por Natalie Portman y Javier Bardem. La historia se sitúa en los últimos años del siglo XVIII y narra en imágenes un tiempo convulso contemplado desde la mirada del genial pintor.
Como cuenta Ignacio Francia en su Salamanca de cine, el protagonista absoluto en la toma de la calle Compañía para estos fantasmas de Goya es el cuerpo sin vida de Bardem (Lorenzo Casamares en el largometraje) que, después de haber sido ajusticiado en el garrote vil, asciende en un carro con la Pontificia imponente en último término. Durante esta escena final de la película, la mano de Natalie Porman (Inés Bilbatúa) se aferra a la del cadáver logrando que el dramatismo de la toma sea absoluto.
El también calificado como «crudo surrealismo» de este cuadro ideado por Forman se acentúa con la locura manifiesta de Inés y la presencia de niños jugando entorno al carromato que traslada al ejecutado. El punto y se acabó del metraje no puede ser más negro.
Y en blanco y negro rodó Basilio Martín Patino sus Nueve cartas a Berta con un momento memorable, lleno de noche, de luces, sombras, soledades de otoño y edificios de piedra cayendo entre los protagonistas como caían sus pensamientos. El 20 de abril de 1965 las cámaras de Patino grabaron un paseo muy especial por el entorno histórico de la Catedral, las Conchas, la calle Compañía, San Esteban… Es el ‘tour’ nocturno con el viejo profesor que tiene un especialísimo sabor.
Y añadiendo más detalles a mayores, dice Francia esto en referencia expresa a la calle Compañía:
«Pero hay que mencionar algunas secuencias que marcan incluso un hito. Sobre todo, hacia el final del film, el larguísimo ‘travelling’ (laboriosamente logrado desde el reducido espacio del interior del maletero delantero de un pequeño coche Daufine) del paseo de Lorenzo y su padre, Isidro, ascendiendo por la calle Compañía»
Se sacó Basilio Martín Patino una técnica de la chistera (del automóvil, mejor dicho) y esta hermosísima calle salmantina volvió a cumplir con su cometido: imprimir un toque de excelencia a un metraje.
¿Volverá a repetirlo en la norteamericana
? Diría Shakespeare que ahí está la cuestión…