Doñinos entra de lleno en el meollo de las fiestas mayores de la localidad, en honor de San Marcos.
Este sábado sus calles estaban prácticamente desiertas, no por la lluvia, sino porque el amanecer sorprendió a muchos de ellos aún de marcha o regresando a sus domicilios.
La verbena y la posterior sesión de discoteca en el centro polivalente animaron la noche hasta exprimirle todo su jugo.
Sin tiempo para recuperarse, llegaron el concurso de tartas y los partidos de fútbol del CD Doñinos, y luego el certamen de cócteles y la comida de las peñas, pero compartida entre todos.
Las vaquillas, que vuelven tras cinco años sin celebrarse en el pueblo, estuvieron pendientes de la lluvia y del estado de la plaza. Pero la jornada tenía, además, un grand prix, juegos de habilidad, teatro cervantino aprovechando el 400 aniversario de su muerte, concurso de pizza, y otra velada de verbena y discoteca hasta que el cuerpo aguante.


















