[dropcap]O[/dropcap]ímos desde la calle el sonido de los tambores. La puerta de la sala de ensayos Al margen está abierta, nos lo habían advertido, y al fondo del local, una veintena de tambores resuenan por doquier. Nos acercamos sin molestar y nos paramos a escuchar la música que sale de la veintena de músicos que con sus surdos base y corte, caixa, repique, timbau, tamborin, agogo y silvato entonan al mismo compás, todos ellos dirigidos por Álvaro Menéndez.
Con energía y ritmo ensayan los componentes de Blocco Charro, el grupo de batukada salmantino que se formó hace algo más de un año -aunque llevaban rondando la idea de la formación más de tres- y que tienen en común el gusto por la música brasileña que exportaron de África los esclavos. Son tambores, pero de fiesta, de alegría, de buen ambiente, de compañerismo y de entrega. «Somos un grupo de amigos que tiene la puerta abierta a todo el que le guste esta música», explica Menéndez.
Después de media hora escuchándolos tocar, bailar y reír, la música cesa de golpe y las carcajadas, mezcladas con suspiros de cansancio, son el sonido ambiente que llena la sala de ensayo. «Desconectamos y hacemos gimnasia, ¡no se puede pedir más».
Blocco Charro está a punto de convertirse en asociación, lo que les permitirá ofrecer su música a instituciones, campamentos y otras agrupaciones. «Tenemos talleres de iniciación que a medida que van cogiendo el ritmo se incorporan el grupo. Somos muy democráticos, cada uno aportamos lo que podemos», puntualiza Menéndez.
La filosofía de Blocco Charro es adaptar ritmos brasileños a su estilo. Además, intentan unir música, baile y voz. «Seguimos manteniendo el espíritu social y cultural, pero no asistimos a eventos políticos». El grupo es interprovincial, por aquello de que en Salamanca hay muchos estudiantes de otras partes de nuestro país y se apuntan a este ritmo cañero, e intergeneracional.
Dejamos al grupo que continúe ensayando, estarán hasta pasadas las once de la noche poniendo ritmo a la casi madrugada de los martes.
1 comentario en «Tambores de.. ¡Fiesta!»
Muchas gracias Lira por acercarte a ver lo que hacemos y plasmar tus impresiones.
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