Nos pasamos la mayor parte del día sentados. En casa, en el coche, en el trabajo,… Son muchas horas y no está tan claro que sepamos sentarnos de la forma adecuada para evitar dolores o lesiones.
Hay numerosas situaciones en las que tenemos que permanecer sentados, y una inmensa variedad de sillas, o asientos de otro tipo, pero sobre todo, sillas.
Para comer, para trabajar, en la consulta del dentista, de visita,… Pero seguro que no cumplimos con los cánones que establecen los expertos para adoptar la postura adecuada cuando nos sentamos.
Para empezar, hay que buscar una silla que nos permita tener los pies apoyados en el suelo, en paralelo, formando un ángulo recto con las piernas. La silla debe tener un asiento en el que los glúteos puedan ajustarse a la parte trasera y que el otro extremo no coincida con la corva, para evitar tensiones nerviosas y problemas circulatorios en las piernas. Es importante tratar de evitar cruzar las piernas, porque eso dificulta la circulación sanguínea.
Además, la zona lumbar debe estar en contacto con el respaldo de la silla, lo cual permitirá que las cervicales estén alineadas con la columna, y no inclinar la cabeza hacia delante porque eso tensiona la musculatura.
En las sillas de trabajo hay que observar esas mismas precauciones, pero otras no menos importantes.
Los brazos
Por ejemplo, al sentarnos, los brazos deben apoyarse en la mesa formando igualmente un ángulo recto. Si los pies no llegan al suelo, regular la altura de la silla y si no es posible porque la mesa quedaría muy alta, utilizar un reposapiés. Además, es aconsejable utilizar sillas con ruedas que permitan el desplazamiento, y con asientos de tejido transpirable. Si no tiene reposabrazos, mejor, porque suelen dificultar el acercamiento a la mesa.
En resumen, hay que buscar una silla que permita mantener en lo posible los hombros relajados, colocando los antebrazos sobre la mesa o las manos sobre el regazo, la cabeza recta, la zona cervical alineada con el resto de la columna. Si estás ante el ordenador, tratar de que la pantalla esté delante a una distancia de medio metro (no a un lado), y con su extremo superior a la altura de los ojos, el teclado a unos diez centímetros el borde de la mesa.
Aunque se adopten todas estas precauciones, no es menos importante saber que no se debe permanecer largos periodos sentados. Lo ideal sería levantarse cinco minutos cada hora con cualquier excusa.
