Berkeley promete residencias a los pueblos afectados por la mina de uranio

Directivos de la empresa Berkeley han mantenido una reunión con las corporaciones de los ayuntamientos afectados por la mina de uranio que quiere abrir en la zona de Retortillo y Villavieja de Yeltes.

La minera australiana ha informado a las corporaciones afectadas de los beneficios que conlleva la apertura de la mina: empleo, polo de desarrollo económico de la zona, fijación de población, etc… y comunicó que está desarrollando nuevas propuestas de reforestación de la comarca y recuperación de hábitats, además, de mostrar interés por “apoyar la construcción y mantenimiento de las residencias municipales de esos pueblos”.

A esta reunión ha acudido José Ramón Barrueco, concejal por Equo en Villares de Yeltes, tratando de desmontar «el paisaje idílico» que ha construido Berkeley en relación a este proyecto.

Barrueco recuerda, en primer lugar, que el ciclo del combustible nuclear comienza con este tipo de proyectos, “que lo único que han conseguido es dolor y sufrimiento para la humanidad (el 11 de marzo se cumplieron 5 años de Fukusima)”.

Asegura que “Berkeley no tiene credibilidad. Dice que la empresa tiene dos concesiones de explotación de minas y está en marcha un tercero, pero es falso que Berkeley tenga el permiso de Alameda de Gardón y dudamos que lo pueda tener en un futuro por la oposición de la corporación municipal y, lo que es más definitivo, del actual gobierno portugués que no está dispuesto a que se desarrolle este proyecto en su frontera”.

Carretera

La minera, que ha anunciado que en dos meses comenzarán los trabajos de desvío de la carretera de Retortillo a Villavieja de Yeltes afectada por el proyecto minero, tampoco podrá cumplir esa promesa, según Barrueco, porque “hay propietarios que no han querido vender los terrenos necesarios a Berkeley, por lo que será necesario un proceso de expropiación que puede durar años si se presentan los recursos pertinentes”.

El edil de la formación ecologista considera “sorprendente que la empresa minera sólo haya adquirido una finca propiedad de la familia del antiguo alcalde de Retortillo, al doble de su valor de mercado según una información periodística, y no posea los terrenos necesarios para la construcción de la mina, a la vez que pretenda expropiar los terrenos para desviar una carretera comarcal”.

Resalta una de las contradicciones de este proyecto minero, “cuya Declaración de Impacto Ambiental -concedida por la Junta- no reconoce que los residuos que generará son de carácter radioactivo”.

Tampoco tiene en cuenta los efectos negativos que para la flora y fauna de la zona tiene una explotación a cielo abierto a escasos metros de un espacio protegido por la red natura 2000, “además de las posibles consecuencias negativas para el Parque Natural de Arribes, español y portugués, por la posible contaminación de las aguas del río Yeltes. Estos aspectos negativos han sido recogidos en la queja que tienen presentada Equo y Os verdes de Portugal ante la Comisión Europea”, concluye.