Opinión

Entre bipartidismo y emergentes populistas

Ada Colau.

[dropcap]E[/dropcap]n los tiempos que corren, se dice que el bipartidismo ha sido derrotado, lo cual me parece, todavía, una apreciación prematura, ya que no sabemos qué podrá suceder en las próximas semanas, o en los próximos meses, en la formación del gobierno que España tanto necesita, para suceder al que está en funciones.

Lo de prematuro viene del hecho de que las fallidas negociaciones para formar un nuevo ejecutivo, giraron en torno al binomio de siempre en cuanto al liderazgo: el PSOE mirando a la izquierda, y el PP moviéndose a un centrismo inclusivo de los socialistas, pero no de Podemos; y siempre apoyados, los peperos, por los de Ciudadanos. Y dentro de esa situación, creo que está bastante claro que los emergentes amenazadores del bipartidismo, no tienen fuerza suficiente para derrotar definitivamente ese sistema de alternancia. Porque está claro que ni Albert Rivera desde el centro ni Pablo Iglesias desde una presunta izquierda, tienen fuerza suficiente para ser presidentes de la gobernanza de España.

En cualquier caso, hay que conocer bien el nuevo paño que ha salido del arca. Y en esa dirección, en 2015, publicado por Kailas, escribí un libro sobre Podemos, con el subtítulo de “Un viaje político de la nada hacia el poder”. Y si sabemos bien que vienen de una nada histórica (aunque tal concepto sea un tanto complicado, porque por ahí estuvo el 15-M), lo que no cabe prever es qué pasará con Podemos si tienen que resistir cuatro años de oposición: todo el mundo se cansaría de las políticas de saltimbanqui y de los episodios sorpresivos de Pablo Iglesias y sus adláteres.

[pull_quote_left]En Madrid, parece que los grandes proyectos de crecimiento y diversificación de la metrópoli española, están en las incertidumbres más absolutas[/pull_quote_left]Por lo demás, el tema municipal y de autonomías no está dando de sí mucho para los emergentes de Podemos. En Madrid, parece que los grandes proyectos de crecimiento y diversificación de la metrópoli española, están en las incertidumbres más absolutas, y podremos mencionar algunos botones de muestra: la reforma del Estadio Bernabéu, paralizada sine die; la ampliación de La Castellana hacia el Norte, bailando en la cuerda floja; el tema olímpico, en el olvido. Todo parece reducirse a declaraciones extravagantes de unos concejales que no están trabajando por la mejora de la ciudad.

En cuanto a Barcelona, donde voy con mucha frecuencia, sucede tres cuartos de lo mismo, y así pudimos comprobarlo también los que estuvimos en un desayuno de trabajo reciente de la alcaldesa, Ada Colau, promovido por un medio de comunicación.

Previamente al comienzo de la intervención de la Sra. Colau, tuve ocasión de saludarla personalmente, y le entregué uno de mis últimos libros (“¿Adónde vas, Cataluña?”, tercera edición, Península, Barcelona, 2014). Por entender que la regidora de Barcelona es más que nada soberanista, aunque no se haya manifestado definitivamente en esta materia. Y en ese sentido diré que hace unos días estuve en BCN, y la vida sigue igual por las calles y plazas, en los negocios, etc.: nadie se cree lo de la independencia. Porque tal como sostuve en mi referido libro, esa independencia, en frase castiza, “no puede ser, y además es imposible”.

En su referida intervención en Madrid, la Alcaldesa de Barcelona se refirió a la necesaria derogación de la reciente Ley de Ayuntamientos, que estima recentralizadora, y pues para ella es un auténtico corsé para municipalidades como la de Barcelona. En lo cual disiento por completo, pues una gran ciudad, si se gana el respeto de todos con una labor eficiente, tiene más autonomía que cualquier otro poder político. Y lo digo porque durante algo más de dos años fui Primer Teniente de Alcalde de Madrid –tiempos de Enrique Tierno Galván—, y me consta que los grandes proyectos del Plan de Saneamiento Integral, del recinto ferial de Ifema cerca de Barajas, y la terminación de la unidad alimentaria de Mercamadrid, fueron obras ejecutadas sin tener que pedir nada al Gobierno, y la cosa se hizo bastante bien. Todavía vivimos de las rentas de esos grandes proyectos llevados a cabo.

[pull_quote_left]Una persona inteligente, y que respete las leyes ha de saber si quiere ese llamado derecho a decidir lo que tiene que hacer es proponer la reforma de nuestra Carta Magna[/pull_quote_left]El segundo tema abordado por la Sra. Colau fue Barcelona como motor económico de Cataluña, España y Sur de Europa, con una fuerza de tracción económica que debe ser reconocida por el Estado. Se refirió concretamente a temas de enlaces ferroviarios del Puerto, cercanías, transporte público no contaminante y estación de La Sagrera del AVE. En lo cual también disiento, porque si no se han hecho esas obras, es porque el tema de la independencia ha absorbido toda la atención, incluso a nivel municipal. Y en vez de buscar la cooperación con el Gobierno de la Nación, lo que se hace es vituperarlo, y no sentar las bases de una buena relación para hacer lo que indicó la alcaldesa y mucho más. Entre otras cosas, no paralizar las inversiones turísticas, no patrocinar la instalación del Senado y del Ministerio de Administraciones Territoriales en Barcelona, etc. Y ahí siguen con el Sr. Puigdemont, dale que dale a la matraca del independentismo, para nada bueno…

El tercer tema de Doña Ada fue la emergencia social, haciéndose énfasis sobre todo en la cuestión de la vivienda económica y estimando que la Ley 24/2015 de Cataluña es un instrumento potencialmente muy importante, aunque ahora está trabado por el recurso del Estado ante el Tribunal Constitucional. De todo lo cual discrepo, porque el Ayuntamiento de la ciudad condal (ni el de CiU antes, ni el de Colau ahora), no ha sabido regular el tema de los apartamentos turísticos, ni han sabido crear suelo para viviendas de protección oficial.

La cuarta cuestión planteada por la Alcaldesa fue el tema de los refugiados, en lo que ofreció apoyo al Gobierno, sin que éste se haya pronunciado al respecto. Lo cual es muy fácil de decir, cuando el 99 por 100 de los refugiados lo que quieren es dar el salto de Turquía a Grecia, y de allí al Centro y al Norte de Europa. Me gustaría ver a la Sra. Colau con medio millón de posibles refugiados llegando a Cataluña: diría cosas muy distintas.

Por último, quinto tema, la Alcaldesa se refirió a las muchas dificultades que está ocasionando el bloqueo de relaciones entre el Estado y Cataluña, y no ocultó su aspiración de que, al final, salga adelante el derecho a decidir. Lo cual es un rechazo total de nuestra Constitución, pues una persona inteligente, y que respete las leyes que nos hemos dado en la democracia, ha de saber si quiere ese llamado derecho -que en la discusión constitucional en que yo participé fue propuesto por Letamendía y no apoyada por la minoría catalana en el Congreso-, lo que tiene que hacer es proponer la reforma de nuestra Carta Magna.

Y de momento, nada más, aunque seguiremos otro día con todo eso de las genialidades populistas, que lo que están propugnando, de hecho, es el estancamiento de España por las muchas incertidumbres que están generando con sus ocurrencias y entretenimientos.

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