Antonio Fraguas, Forges, acaba de publicar ‘El libro de los 50 años de Forges’, un compendio de la historia viva de nuestro país vista por uno de los más ingeniosos dibujantes, si no el que mejor sabe captar nuestra esencia y tratar nuestras preocupaciones con ironía y sensibilidad. El viernes estuvo en Salamanca, acompañado de su hijo, Toño, para hablar, entre otras cosas, sobre el periodismo.
PREGUNTA.- ¿Cómo ve el presente y el futuro del periodismo?
RESPUESTA.- Esta pregunta la podías haber hecho perfectamente en la Edad Media. Entonces había un tío que se llamaba Guttenberg que había inventado una fórmula y le estás preguntando al prior de un convento de amanuenses que se dedicaban a copiar libros. En realidad nos encontramos ante un fenómeno teóricamente revolucionario y teóricamente tenemos que cambiar nuestra forma de comportamiento. Estos 365 amanuenses que tengo aquí, que están haciendo la vulgata de Jerónimo en papel miniado etc., pues voy a tener que prescindir de ellos y me parece que se van a tener que quedar tres o cuatro sólo. ¿Y qué van a hacer los otros que se han ido por ahí? Pues, no sé qué puedo decirle. Al cabo de veinte años esos que se habían ido se habían dedicado a crear imprentas, a hacer máquinas para hacer imprentas. Tenemos que volvernos a inventar el periodismo. El tema es que estamos tan divididos todos que nos dedicamos a esto, sobre todo los jóvenes, que lo vamos a tener difícil. Pero se han hecho aventuras y cosas más grandes a lo largo de la historia y es absurdo que no nos pongamos de acuerdo ahora. Tenemos un arma potentísima que puede solucionar los problemas que ha causado ella misma, que es internet, pero somos nosotros los que tenemos que tener fe en que lo que podemos hacer puede funcionar.
¿Qué pasa ese canon de las operadoras que son las que se están forrando y que nosotros los que nos dedicamos a esto no vemos un duro de eso? ¿Cómo es posible que estemos hablando a la puerta de Salamanca tranquilamente de esto cuando había que estar exigiendo, pero no solo nosotros, sino toda Europa? Fíjate cómo estará la cosa que yo que soy un humorista y tiendo a ser, digamos suelto, graciosete, tal y cual, os estoy pegando aquí una arenga tremenda, pero es que no sé cómo deciros. Muchas veces el humor consiste en decir las cosas obvias.
Decía Aristóteles que filósofo es aquel que se pasa el día repitiendo lo mismo, lo que es obvio para que la gente se dé cuenta de que existe, porque la gente no nos damos cuenta habitualmente.
A este paso, va a llegar un momento en que los humoristas vamos a tener que hacer lo mismo.
P.- ¿El humor gráfico también tiene que reciclarse?
R.- Hombre, claro. Por supuesto que sí. La forma de llegar a los lectores es totalmente distinta. Está variando constantemente. ¿Yo que hago? Un dibujo que tengo muy bonito que tengo que se me ha ocurrido, ¿qué hago? ¿Me espero hasta el día siguiente para meterlo en el papel o llamo a periódico a los de digital y les digo: os mando el dibujo? ¿Qué hay que hacer? Contestación que te va a dar la empresa siempre: “Haz dos”. Tú dices: “Pues págame dos”. Ah, no.
P.- ¿La crisis, estos momentos de convulsión son más propicios para la inspiración?
R.- Sí. Totalmente. Claro que sí, el problema tuyo y de tu periódico es qué metéis, pero no porque os falte, sino porque os sobra. La cantidad de cosas que puedes decir. Por ejemplo, las elecciones europeas son una cosa natural, lo sabemos hace mucho tiempo, pero hay montado un follón increíble. Y no te digo el fútbol. Todo esto tapa otras noticias como los 50.000 desahucios. ¿De verdad se pueden hacer unas elecciones europeas en un país que tiene 50.000 desahucios? Pregunto. ¿Se puede hacer una final de la Copa de Europa mundialmente televisada en un país europeo de dos equipos de fútbol que se gastan equis en sus futbolistas? Esto suena a demagogia, pero con lo que ganan los futbolistas de la Liga de Fútbol Profesional fácilmente se podían rescatar, a ojo, 25.000 casas de gente que no puede pagar su hipoteca. Todas estas cosas son las que están ahí, subyacentes. ¿Qué tenéis que hacer vosotros? ¿Qué tenemos que hacer nosotros los humoristas gráficos? Exactamente eso. Decir sí, pero. La fórmula es decir siempre sí, pero.
P.- ¿Tienen más sentido del humor los políticos de izquierda o de derechas?
R.- Normalmente tienen que tener más sentido del humor los de izquierdas, por lo menos funcionalmente, pero tampoco te creas que es así, ¿eh? Y te digo que de todos los presidentes de Gobierno que ha habido en España, todos han tenido un envidiable sentido del humor.
El nuevo libro de Forges es un compendio de sus 50 años de humor gráfico.P.- ¿Aznar también?
R.- Incluso te diré, ojo [Estoy haciendo pausas gallegas] Te diré que el señor Rajoy tiene sentido del humor, doy fe, porque lo he visto actuar con sentido del humor en alguna ocasión. La única persona que no ha tenido nunca ningún sentido del humor, además no entiende chistes, no entiende qué es eso, es el señor Aznar. Yo he hablado con él y es muy difícil. No porque yo esté diciendo continuamente chorradas como la que estoy diciendo ahora, sino simplemente porque hay personas que no tienen ningún sentido del humor y, claro, cuando se está en una presidencia de gobierno canta mucho. Es como los taxistas del aeropuerto de Barajas. Hay cuatro malos que clavan a los guiris lo que pueden. Entonces tienen muy mala fama todos los taxistas del aeropuerto y hay que tener cuidado con ellos, cuando son cuatro. Pues nos creemos que todos los políticos son muy malos o que todos tienen sentido del humor o que todos los políticos no tienen sentido del humor. Los políticos están sacados de nosotros.
P.- ¿Y los funcionarios?
R.- Los funcionarios son maravillosos. Yo he sido funcionario muchos años y te digo que cuando yo hago chistes de funcionarios los funcionarios utilizan mis chistes exclusivamente para protegerse de los funcionarios que cuando yo publico un chiste de funcionarios a las once de la mañana me mandan a Twitter, desde un Twitter oficial: “Usted se ha metido con nosotros diciendo que no trabajamos y trabajamos como negros”. Desde el Twitter o un email de un ministerio…
P.- ¿Los ‘Blasillos’ votarían o se abstendrían este domingo?
R.- Votarían, aunque fuera a Bríos como en la antigüedad, pero votarían. Votar tiene inconvenientes y ventajas, pero al no votar sólo te queda el recurso del pataleo si eres una persona sensata y, por lo menos, que se enteren, ¿no? Incluso para ir a votar en blanco, ya veréis el dibujo del domingo, se puede ir a votar de una manera determinada.
P.- ¿Qué hace para seguir inspirándose y tener su viñeta cada día en las 10 noticias más leídas de El País?
R.- Currar, currar, currar, currar,… Igual que vosotros. Lo mío es más fácil que lo vuestro. Lo maravilloso de este país es que escuches la radio que pongas, abras el periódico que abras, la televisión, Twitter, cualquier digital,… lo que quieras. Lo difícil es saber qué es lo que vas a dar con la cantidad de cosas que hay. Eso es lo que ahora mismo más está cambiando el fenómeno de la comunicación.
Antiguamente, la información se iba decantando hacia la hora de comer para que saliera en el telediario. Lo que salía en el telediario era la primera edición en los periódicos del día siguiente. La primera del día siguiente te podía salir a las once de la noche y te decían: levanta, levanta, quita ese y mete este otro. Ahora con internet es una maravilla, claro.
P.- ¿Corremos el riesgo de banalizar los temas y que sea todo más ligero para alimentar al monstruo digital a todas horas?
R.- No, pero los contenidos tienen que ser más directos. El medio lo que pide son contenidos más directos y eso requiere un conocimiento del lenguaje mucho más formal y tienes que tener una estrategia lingüística diferente a la hora de comunicar. Supongo.