Una Salamanca desaparecida

El arco y una de las inscripciones de la fachada de la ermita de San Gregorio.

[dropcap type=»1″]L[/dropcap]a distancia desde el punto más alto de la Peña Celestina hasta el Tormes es de unos veinte metros. En los primeros años de la Salamanca medieval, después de la repoblación definitiva de Raimundo de Borgoña, la caída desde la cima hasta el río era más pronunciada que la que conocemos en la actualidad. Con el tiempo, en la base de la roca se construyó una calle que separaba la colina de la ribera del río, el paseo del Desengaño, y se levantaron algunas edificaciones como las ermitas de San Gregorio y San Lorenzo y un encintado de fábricas de curtidos: las tenerías.

La ermita de San Gregorio desapareció a principios del siglo XX. Su arco y una de las inscripciones de su fachada se pueden contemplar en el inicio de la bajada desde la facultad de Ciencias a la Vaguada de la Palma. Las tenerías fueron derribadas por la última corporación de la dictadura, desapareciendo junto con el histórico barrio de Santiago.

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