El periodista y escritor salmantino se rodeó de amigos para presentar su primer libro de ficción La Curva en el camino
José María Aznar como convidado de piedra, que mucho se asemeja al Pequeño Nicolás en sus inicios, es uno de los coprogonistas de la primera novela de ficción del periodista salmantino Ignacio Francia, La Curva en el camino.
Aznar coqueteó con la política desde los 16 años, según se puede conocer en la novela de Francia, La curva del camino, edad similar a la de El Pequeño Nicolás cuando conocimos de su existencia. La novela de Francia no es una biografía de Aznar, ni mucho menos, pero es la base para que Marie France, una de las protagonistas del libro elabore su tesis doctoral.
El ex presidente del Gobierno da mucho juego, sobre todo por su manera de proceder en sus casi 50 años en la política. Durante el libro se desgranan las contradicciones dialécticas y de obra que ha ido cometiendo desde que era casi un adolescente. Es una radiografía perfecta de lo que ha acontecido en Castilla y León, primero, y en España, después, por obra y gracia de sus políticas.
Además de narrar con precisión y maestría las peripecias políticas de Aznar, la novela se adentra en el amor pasional, carnal y descarnado de una pareja que se conoció siendo adolescentes y se reencuentra de manera casual cuando ambos han cumplido los cuarenta. Sí, hay una tercera persona en discordia, la ex pareja de Julio, Cecilia, que dará mucho juego y entretenimiento durante todo el libro. Al igual que los paisajes y paisanajes por los que caminan los protagonistas.
No es un libro de política, pero tiene mucha; no es un libro de amor, pero hay mucho sentimiento; no es un libro de viajes, pero te adentra en ciudades y te descubre rincones nuevos. La curva en el camino es un libro donde la verdad es una venda que se cae de los ojos.