Al son de la ranchera México Lindo y querido comenzaron a leer el comunicado los miembros de la ONG Amnistia Internacional.
A Yecenia Armenta la colgaron boca abajo de los tobillos, la asfixiaron y la violaron. Se encontraba en las dependencias de la policía secreta mexicana. “Después de muchas horas, dije que iba a firmar lo que querían que firmara. Yo firmé, aún vendada. Jamás leí lo que firmé”, asegura.
Yecenia ha pasado más de tres años en la prisión de Sinaloa (México), acusada de planificar el asesinato de su marido. La única prueba en su contra es su propia confesión, extraída mediante tortura, amenazas y coacciones.
Amnistía Internacional inicia una campaña para exigir su liberación a las autoridades mexicanas. Para hacer visible el caso de Yecenia Armente, la ONG llevo a cabo una guerra pública de almohadas con el objetivo de despertar al procurador del Estado de Sinaloa, Marco Antonio Higuera, que lleva más de tres años “dormido” sin revisar la situación de Yecenia en la cárcel.
La guerra enfrentó a dos bandos de activistas y simpatizantes: uno, el de quienes lucirán caretas del procurador; otro, quienes exigen la liberación de Yecenia.