Si usted deja de fumar mejorará su salud, bienestar y la de las personas que le rodean. Así de contundente se muestra Miguel Barrueco, jefe de la Unidad de Tabaquismo, en el Día Mundial sin Tabaco
El tabaco mata. Lo dicen las cajas de cigarros, la Organización Mundial de Salud y las estadísticas, porque el tabaco se asocia a enfermedades cardiovasculares, respiratorias y cánceres. Si se deja de fumar, la calidad de vida del paciente y de su entorno mejora, pero también lo hace el bolsillo. «Un fumador que compra un paquete diario gasta entre 1.500 y 1.800 euros al año», explica Miguel Barrueco, jefe de la Unidad de Tabaquismo, en el Día Mundial sin Tabaco.
El 28% de la población salmantina fuma. No obstante, cada vez existen más personas que quieren dejarlo. «En el último año, en la Unidad de Tabaquismo hemos atendido a 1.289 pacientes. El porcentaje de personas que han dejado de fumar es del 56%«, puntualiza Barrueco.
Las ventajas que tiene dejar de fumar son muchas, entre ellas que disminuye el riesgo de muerte súbita pasadas 24 horas; se normalizan los sentidos del gusto y olfato a las 48 horas; aumenta la capacidad física pasados de uno a tres meses; mejora el drenaje bronquial y se reduce el riesgo de infecciones a los nueve meses o tendrá menos posibilidades de padecer un cáncer.
Los beneficios de manera inmediata de dejar de fumar son que desaparece el mal aliento, el olor en la ropa y la casa, el color amarillento de manos y uñas, mejora la hidratación en la piel, así como su tersura y tendrá menos arrugas.
La edad para comenzar a fumar ronda los 14 años, «pero hay niños que lo han probado a los 11 años», matiza Barrueco.
Zona libre de humo en el hospital
Desde que se entrara en vigor la Ley Antitabaco, personal y autoridades sanitarias han luchado para que en el recinto no se fume a la entrada de los hospitales. «Es difícil conseguirlo, pero tenemos que seguir intentándolo», señaló Cristina Granados, gerente del complejo asistencial.
«En el Día Mundial sin Tabaco queremos incidir en una mayor conciencia de que no hay que fumar dentro de un centro sanitario, ni tampoco en sus alrededores. El hospital de Salamanca debe ser un hospital sin humo y ahora tenemos que buscar que sea también libre de colillas», explica Encarna Montes, presidenta del comité para la prevención del tabaquismo del hospital.