En algunos momentos del día la zona del campus próxima a la plaza de Bolonia ofrece un aspecto descuidado por la acumulación de envases.
Casi todos ellos proceden de los establecimientos hosteleros del campus, aunque la mayor parte de las quejas se dirigen hacia un take away “un bar camuflado como supermercado”.
Vasos de café, servilletas, bolsas y restos de comida se acumulan en las papeleras y cuando rebosan esos contenedores los estudiantes tiran los desperdicios al suelo.
Los detractores del nuevo establecimiento piden a la Universidad que “no autorice pseudobares y que se le obligue al establecimiento a limpiar” los desperdicios que los estudiantes arrojan al suelo.
Ya denunciaron en su día estas circunstancias, pero siguen repitiéndose imágenes poco edificantes.
A las papeleras colmadas y rebosantes de residuos, hay que sumar en ocasiones la invasión del carril bici que se produce por la terraza del establecimiento.