[dropcap type=»1″]L[/dropcap]a Universidad de Salamanca poseía en el siglo XVI una casa en la plaza de San Martín que perteneció al mayorazgo del Maderal. El Estudio la había adquirido por compra a los herederos de Juan Arias Maldonado. El colegio de mercedarios de la Veracruz reclamó la octava parte de esta propiedad. Ante la negativa de las autoridades académicas a compartir lo que consideraban suyo, los frailes iniciaron un pleito en 1580 para conseguir su parte. Esta casa se encontraba en la esquina de la calle del Prior con la plaza de San Martín.
La casa perteneció al comunero Francisco Maldonado. Carlos I la incautó junto al resto de sus bienes. Su mujer, Ana Abarca, ayudada por su padre, pleiteó para recuperar el inmueble. Quería que fuera heredada por su hijo, Rodrigo Maldonado, cuando llegara a la mayoría de edad.
Ana Abarca litigó con la Universidad, pero también con la familia Anaya, linaje leal al bando imperial que intentó apropiarse de algunas propiedades del matrimonio Maldonado Abarca. El hijo del comunero Francisco Maldonado reclamó el mayorazgo de su padre cuando llegó a la mayoría de edad, mayorazgo que pertenecía a su abuelo, el doctor Rodrigo Maldonado, su fundador.
La casa de la Plaza de San Martín había sido arrendada a un carpintero: Pedro Hernández. Tras un incendio, el artesano la reparó a su costa. La cantidad que invirtió fue descontándola del arrendamiento. En 1531 el inmueble pasó nuevamente a la Universidad. El Estudio salmantino mantuvo dos pleitos sobre la propiedad de la casa: el conocido con el colegio de la Veracruz, que seguía reclamando la octava parte de la misma, y otro con la familia Maldonado, antigua propietaria.
Hasta 1638 no se dirimieron las demandas entre las tres partes litigantes: la Universidad, los Maldonado y los mercedarios. Ese año, a través de un acuerdo de compra, la casa quedó definitivamente en poder de la Universidad.
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