[dropcap]E[/dropcap]l artículo que iniciamos hace tres semanas, empezando con un panorama de la economía internacional, continuó con una referencia más amplia a las dos grandes naciones de mayor incidencia en los intercambios mundiales. Y hoy continuamos para dar un buen repaso, espero, a cómo van las cosas en Europa, en la que estamos directamente situados, dentro de la UE.
1.- SITUACIÓN ECONÓMICA EN LA UE
Obviamente, España está dentro de la Unión Europea, y como tantas veces se recuerda, las decisiones que se adoptan en Bruselas inciden de pleno en estas latitudes.
- Perfeccionamiento del Eurosistema
En la dirección apuntada, y ante las vicisitudes de la política económica comunitaria, siempre se hace referencia al euro como origen de los muchos problemas existentes. Lo cual no pasa de ser una perversión de algunos observadores económicos, pues el sistema monetario, en sí, es neutro: las decisiones económicas y financieras que se toman en cada país y en Bruselas, son el verdadero origen de muchos estados negativos que se atribuyen a la moneda comunitaria.
Un conocido economista dijo una vez al autor de este informe: “el euro está matando a Grecia”. No, la realidad es que los causantes de los males helénicos son los gobiernos que sucesivamente han desfilado por la antigua Hélade. Así, desde los Juegos Olímpicos de 2004 de Atenas, no dejaron de falsearse datos, y no se atendieron las directrices de Bruselas; para seguirse, en cambio, el curso errático que tanto ha perjudicado al país entero, y sobre todo a los más pobres (que también procuran no pagar el IVA y otros impuestos) por la ubicua corrupción reinante.
En todo caso, el sistema del euro, puesto en marcha en 1998, con la fijación del tipo de cambio irrevocable entre las antiguas monedas nacionales, está reforzándose ahora por la propia UE; con la Unión Fiscal, y su regla de oro, que para 2020 preconiza el déficit cero. Como también la Unión Bancaria está introduciendo reglas de disciplina antes no existentes, para garantizar la fortaleza de las entidades financieras dentro de la Eurozona, con un sistema de resolución de crisis y un fondo de garantía de depósitos exclusivamente de los propios bancos.
- El nuevo BCE
Por lo demás, desde que Mario Draghi se puso al frente del BCE, la institución ha cambiado: su faz como entidad central del Eurosistema se ha fortalecido, desde la declaración de 2010: se haría todo lo necesario para la defensa del euro como moneda única de la UE. Para luego entrar en la triple decisión de comprar deuda pública de los países de la Eurozona, ser prestamista de último recurso (por eso se mantiene el Mecanismo Europeo de Estabilidad Financiera, MEDE, dependiendo del BCE), y garantizar barra libre de liquidez para toda la banca privada. Con lo cual se ha creado una situación de gran liquidez, a fin de que el crédito llegue a las personas físicas y las pymes.
Toda esa política se ha reforzado en 2015, cuando Draghi decidió asumir un sistema de facilidades cuantitativas (QE, similar al de la Fed); reforzado desde 2016, al ampliarse el compromiso de compra mensual de 60.000 a 80.000 millones de euros, incluyendo, por primera vez -como ya se hizo antes en EE.UU.-, la compra de bonos corporativos.
[pull_quote_left]Lo más seguro es que por puro pragmatismo, el 23 de junio habrá un voto positivo para seguir en la Unión (remain), y la tormenta se irá alejando. Aunque, de seguro que continuarán emergiendo las insistentes reclamaciones de los hijos de la Gran Bretaña, en favor de un status especial dentro de la UE[/pull_quote_left]En definitiva, el BCE ha asumido gran parte del protagonismo del juego económico de la Eurozona, en el intento de recuperar más rápidamente la economía europea. Y aunque todavía no haya una idea de reestructuración de la deuda pública, ya está circulando la especia, en los foros de pensamiento, de que un día llegará algún tipo de solución: mutualizar una parte de la deuda soberana de los países de la Eurozona, a fin de convertir en deuda a largo plazo todo lo que supere el 60 por 100 respecto a los respectivos PIBs. Lo que haría más soportable el peso de la deuda, haciendo posible volver a presupuestos nacionales que permitan inversiones públicas en mayor cuantía, para la recuperación.
- Otros problemas: refugiados y Brexit
Un problema particular de la Unión Europea en la historia presente es la crisis de los refugiados, muy lejos de estar resuelta o suficientemente planificada. Con todas las consecuencias, más que dolorosas para millones de personas y también para la propia valoración de la UE. Lo que a medio y largo plazo obliga a un cambio de método, con dos ideas básicas:
– Insistir en los orígenes del problema de los refugiados: guerra en Oriente Próximo; con la necesidad de negociar una verdadera paz, un tema en el que dominan Rusia y EE.UU.
– El cambio económico en África, que sólo vendrá de la mano de una política similar a la que EE.UU. desarrolló con el Plan Marshall para la recuperación europea tras la Segunda Guerra Mundial, y también la UE practicó con sus Estados miembros menos ricos, a través de los fondos estructurales.
Otro problema de la UE, éste con fecha de caducidad, es el referéndum del 23 de junio de 2016, conocido como Brexit. Un tema en el que ha habido una información muy sesgada por ambas partes. Pues se ha dramatizado indebidamente con los efectos de la separación del Reino Unido de la UE. Pues los británicos, en caso de triunfo del Brexit, podrían seguir de hecho en la misma situación que ahora en lo que se refiere al mercado único, etc.; optando para ello a la pertenencia al Espacio Económico Europeo, en el que ahora se encuentran Noruega, Islandia y Liechtenstein. Con la apreciación adicional de que los temas financieros, tan vitales para la City, tienen básicamente una regulación global, empezando por el Basilea III y otras decisiones adoptadas en el marco del G-20.
Los partidarios del Brexit, indicaron que con la decisión leave, saldrían de la “Unión Soviética Europea”, que lo quiere regular todo. Y además, el Reino Unido no participaría en el Superestado europeo… el mismo -dicen con evidente mala intención- que pretendía construir Hitler.
A la postre, lo más seguro es que por puro pragmatismo, el 23 de junio habrá un voto positivo para seguir en la Unión (remain), y la tormenta se irá alejando. Aunque, de seguro que continuarán emergiendo las insistentes reclamaciones de los hijos de la Gran Bretaña, en favor de un status especial del Reino Unido dentro de la UE.
Seguiremos la próxima semana para entrar, finalmente, en la economía española.
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