Exceso de confianza

Perisic marca el segundo de Croacia, ante la oposición de Piqué.

La selección española pagó este martes su exceso de confianza ante Croacia con una derrota que le hace perder la vía fácil para seguir avanzando en la Eurocopa y se cita con Italia, el rival que todos quieren evitar, después de España.

 

A estas horas los jugadores españoles estarán buscando explicaciones a su derrota, cuando jugaron desde el principio convencidos de que iban a ganar o, en el peor de los casos, empatar que también les alcanzaba para acabar la fase de grupos en primer lugar y evitar al coco italiano.

Los croatas, que sí se tomaron las cosas en serio, explotaron sus virtudes, que no son muchas, pero suficientes para aprovechar las facilidades que la selección ofreció desde atrás y en el centro del campo, con pases imprecisos y subidas dejando desprotegida la retaguardia. Justo lo que quería Croacia, sabedora de la inferioridad de sus conceptos y fundamentos, pero con una potencia física que le permite explotar con eficacia los contraataques.

La confianza de La Roja en su victoria se vio afianzada por el gol de Morata en el minuto siete. Pero luego, los fallos en los pases se vieron agravados por imprecisiones en los remates. España tuvo ocasiones, incluido un penalti fallado por Ramos (que también falló en el primero de Croacia), pero no atinó y lo acabó pagando muy caro.

Estaban tan confiados en su buena estrella, que ni siquiera acusaron el penalti desperdiciado y que habría sellado su liderato en el grupo. Pero, a falta de dos minutos para el final del partido, un portentoso contraataque croata acabó desequilibrando el partido. Dejó la desolación en La Roja, que pagó su exceso de confianza, y la dicha en las filas balcánicas, que se quedan con la satisfacción de vencer a la favorita para ganar el torneo y le arrebatan la parte cómoda del calendario.

Ellos tuvieron dos e hicieron pleno y España ni siquiera supo mantener el empate, porque estaba convencida de que iba a ganar. Ahora toca tomarse las cosas en serio. Ya no hay margen para los fallos ni los excesos de confianza.

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